Hace algunos días me gane un regaño por un connotado economista, no viene al caso nombrarlo, esto debido a unas opiniones que di en una entrevista al periódico El Universal, en la que afirmaba que el problema que en la actualidad atraviesa nuestro país no es ideológico, muy por el contrario es de eficiencia en la gestión pública. Tal vez esto dicho así genere controversias, ya que la visión de los que se hacen llamar de izquierda, los que actualmente nos gobiernan, nos llevan en franco retroceso al siglo XVIII, y hay otros, los que llaman de derecha, que plantean las bondades del libre mercado como solución a todos los males que nos agobian.
Para mi esta discusión no tiene sentido, ya que si algún sistema de gobierno me garantiza que no asesinen a más jóvenes para quitarle un celular o un par de zapatos, que la electricidad no falle a cada rato, que en nuestro país haya un sistema ferroviario eficiente, unos hospitales públicos de primera, colegios y universidades con una educación de calidad, que no tengamos que pasar cuatro horas en un aeropuerto para tomar un vuelo y no se caigan los aviones, que no tengamos que andar de mercado en mercado buscando los productos de la cesta básica, que se construyan autopistas de primera, que tengamos un sistema de transporte que funcione, que los cuerpos de seguridad del estado cumplan con las leyes, que no asesinen a más de 200 venezolanos todas las semanas, que tengamos un sistema penitenciario humanizado, que los maestros, las enfermeras y los médicos sean bien remunerados, que los que nos gobiernan sepan que están allí para servir, que la corrupción no siga consumiendo más del 50% del presupuesto nacional, que podamos construir viviendas dignas para el millón de venezolanos que viven en sectores de alto riesgo, si esto lo logra alguien que no se identifique con ideología alguna, o se defina de izquierda, de centro o derecha, será entonces al que debamos elegir.
Reafirmo que nuestra sociedad no puede seguir esperando otro mesías, que entendamos que la única manera de enrumbarnos hacia el desarrollo es de forma colectiva, que todos asumamos que la vía es con inclusión y con políticas que reduzcan la pobreza a los más bajos niveles. De no ser así estamos condenados al fracaso.
Daniel Santolo