martes, 17 de diciembre de 2013

¡La culpa es de la vaca!

Pensé en un momento no escribir sobre las elecciones últimas, pero es imposible guardar silencio ante el escenario que se ha planteado. Ahora resulta que los culpables de las derrotas obtenidas el 8D son los ciudadanos comunes (entiéndase aquellos que no participan activamente en política). Se leen y escuchan argumentaciones que dejan mucho que desear de algunos sesudos analistas, y de los que se asumen como conductores de la política de la unidad electoral. 
La descalificación hacia aquellos que decidieron no ejercer su derecho al voto raya lo ridículo; vendidos, bozaleados, indolentes, flojos, entre otros epítetos que se leen en los diferentes medios de comunicación. Algunos han llegado a decir que aquellos que no votaron se dejaron comprar por los electrodomésticos que fueron regulados por la acción gubernamental, que es a mi parecer, una acción frente a la especulación galopante, en donde no se halló otra forma de detener a los bandidos que con los dólares de los venezolanos se enriquecen, contrarios a un pueblo que con legítimo derecho obtuvieron la posibilidad de adquirir un bien.  Llegándose al caso de algunos que celebran un supuesto triunfo argumentando que la oposición gana en los sectores “esclarecidos” de la sociedad, o en los sectores “ilustrados”, frases bastardas para decir lo menos,  pareciera que ven en los sectores populares a los enemigos. 
Resulta ahora que la unidad parece haberse convertido en una religión monoteísta que no acepta críticas de su existencia, omnipresente y de omnisapiente proceder.
Como si debiéramos aceptar ser súbditos y creyentes de sus directrices y mandatos sin derecho a disentir, como un acto de fe. A nadie se le ha ocurrido que muchos se abstuvieron por no sentirse representados por algunos candidatos a alcaldes que no tenían nada que ofrecer, y muy por el contrario practicaban el ejercicio de espantar al elector, ni de hablar de los candidatos a concejales, que ni conocidos eran, un reparto de cuotas partidistas a la vieja usanza. La obligación exigida por algunos era votar a ciegas, o con fe ciega por aquellos que utilizando la tarjeta de la unidad escondieron años de fracasos y su desconexión de las bases sociales. Fue una exigencia como si los venezolanos que nos oponemos al régimen fuésemos eunucos políticos, que no tenemos derecho a elegir, y entre esa elección también vale la de abstenerse, y que quede claro que voté, pero defiendo el derecho de quienes no lo hacen. Seguimos buscando la culpa en el otro. Capriles también ha recibido lo suyo, no se escapó del pase de factura, ahora resulta para muchos que el gobernador debe asumir la derrota de las más de 270 alcaldías que se perdieron  a lo largo y ancho del país. Y aquellas que estando en manos de la oposición se perdieron, ¿qué pasó?, ¿no sería por una mala gestión? O también es culpa de Capriles. No queremos aceptar que por más de 14 años lo único que hemos puesto sobre la mesa para movilizar a los sectores opositores es la propia negación del otro, es votar para salir de Chávez en su momento, ahora es el salir de Maduro, sin poner frente al país un proyecto que le hable a las grandes mayorías, que acabe con el oposicionismo ramplón y la falsa polarización, y se comience a exponer proyectos viables de desarrollo que nos incluya a todos. 
El cómo vencer la pobreza, y las grandes desigualdades sociales que se gestaron por más de cincuenta años, cómo reparar el daño en todo el tejido social que ya es estructural. Un país donde cada quién se exprese sin temor al ostracismo político, palabras que comparto en su totalidad con el profesor Claudio Fermín, al que enfrenté políticamente en los tiempos en que fue alcalde de Caracas, pero eso no evita que lo reconozca, en declaraciones dadas en una entrevista que tuvo con el excelente periodista Vladimir Villegas, otro que por cierto ha sido defenestrado por un sector de la oposición que no entiende ni cree en la pluralidad política, que lo único que esperan de los profesionales de la comunicación es que se coloquen al lado de uno de los bandos, criticando a Venezolana de Televisión por su parcialidad hacia el gobierno, pero exigen de los medios privados parcialidad hacia los sectores opositores. ¿Esta es la Venezuela que queremos? Para mí no es la que aspiro, ya que aspiro a una Venezuela con mayor igualdad social, sin que se violenten las libertades personales, donde el futuro sea un futuro promisorio, con paz y sosiego, en donde la mayoría de los que habitamos esta tierra en realidad seamos felices sin necesidad de la existencia de un ministerio para ello. No sigamos buscando culpables, asumamos nuestras responsabilidades.

domingo, 10 de noviembre de 2013

¿Tercera vía?


Mucho es lo que se ha hablado en el mundo político de la posibilidad o no de plantear una nueva forma de hacer política, que rompa con la polarización que por años ha marcado a la sociedad venezolana. Cada día se hace más urgente el lograr vencer esta forma maniquea de relacionarnos políticamente.
Ejemplos de que si es posible avanzar y construir algo diferente los hay, y uno que tal vez no nos toque muy de cerca, pero por su gran contenido e importancia puede ayudarnos, fue la elección del alcalde de una de las capitales más modernas del mundo, nos guste o no nos guste, New York, donde se realizó hace pocos días la elección de su alcalde.
En la cual fue electo Bill de Blasio, demócrata, con una larga trayectoria en la lucha política de abierta tendencia progresista, con un pasado de activismo izquierdista, que basó su campaña en la creciente desigualdad económica de la ciudad, haciendo énfasis en la lucha por la igualdad de la mujer, la igualdad de derechos para las parejas del mismo sexo, contra la discriminación racial, la creación de proyectos habitacionales para las clases populares, un sistema educativo gratuito, programas asistenciales para disminuir las desigualdades sociales, en fin, la lucha contra la pobreza y la desigualdad.
Este discurso, y su hoja de vida como activista en pro de los Derechos Humanos, fue lo que lo llevó a obtener una victoria contundente, con casi el 75% de los votos contabilizados. Esa noche al conocer el resultado, declaró: "Los ciudadanos de la ciudad han elegido un camino progresista. Esta noche, nos adentramos en él, unidos como una ciudad". El mensaje del que se nutrió la campaña Bill para acceder a la alcaldía de una de las ciudades capitalistas más importantes del mundo, fue el de la inclusión social y la lucha contra la pobreza, y a su vez declarándose progresista.
En nuestro país se comienzan a ver dirigentes que asoman la vía del progresismo, término que en lo político agrupa a aquellos que plantean que hay que lograr un equilibrio, tanto económico como político en el estado, que logre llevar un mayor bienestar a las grandes mayorías excluidas y empobrecidas.
El discurso que tímidamente  se  deja ver, tiene muy buenos interlocutores, luchadores de marcada trayectoria, no solo en lo discursivo, sino en lo más importante, en el ejercicio del manejo de lo público, teniendo logros que mostrar, y mucho que decir. Soy de los que afirmo que se debe impulsar con fuerza un discurso de inclusión, que compita con los que ahora se encuentran en el poder. La gran mayoría de los venezolanos siguen buscando un cambio, el que personificó y representó en su momento Hugo Chávez, pero en la actualidad se siente el agotamiento del régimen heredado, es el momento de impulsar con fuerza una nueva alternativa sin temor de no ser interpretados, y un aval para ello es que nuestro pueblo ha madurado y aprendido a diferenciar los que hablan con la verdad de quiénes pretenden seguir utilizándolos para enriquecerse.

domingo, 27 de octubre de 2013

Habrá que derogar la ley de la gravedad

En Barquisimeto, estado Lara hay un cuento muy sabroso de un concejal que siempre andaba al lado de las comunidades, para muchos un hombre de pueblo, que incursionó en la política, de este individuo se cuenta que una vez en un debate muy acalorado en la cámara municipal, en donde se interpelaba a un funcionario de la alcaldía, debido a que había un sector popular que no recibía agua potable desde hace mucho tiempo. Este funcionario de la alcaldía argumentaba que el sector en cuestión estaba situado muy alto, y por ello no recibía el vital líquido, pues la ley de la gravedad impedía que las bombas empujaran con la suficiente fuerza para que subiera el líquido a lo más alto del barrio, en ese momento muy efusivo el concejal pidió la palabra e inmediatamente solicito a la cámara en pleno, que si ese era el problema, "la ley de gravedad", bueno esa ley había que derogarse, lo importante era que llegara el agua a los habitantes del sector. Así es como en Barquisimeto fue derogada la ley de la gravedad.
Y muchos preguntarán a qué viene todo esto, pues simple, es que al gobierno le ha dado, que al igual que nuestro amigo concejal, derogar todas las leyes económicas, entre ellas, la ley de la oferta y la demanda. Si el bien es escaso y a su vez es apetecible, la demanda aumenta, esto lo saben todos los economistas, sobre todo  los marxistas, es una regla que hasta ahora no ha sido posible romper, ni en los países que han transitado la experiencia comunista, es allí donde mayor se ha dado la búsqueda de los bienes que escasean.
El gobierno, por intermedio de sus ministros de economía, han convertido el dólar en un bien muy apetecible, toda la propaganda gubernamental ha sido dirigida hacia allá, quiéranlo o no el dólar se ha convertido en una mercancía que garantiza, al que la posee, poder intercambiarlo por otros bienes. No solo el hecho de poseerlo, ya que esta moneda que es subsidiada por el estado, se ha convertido en una forma de paliar la inflación, y de obtener bienes materiales por un precio ínfimo de su valor de mercado.

El gobierno, como es su costumbre de controlarlo todo, ha querido manejar la oferta del dólar, claro, son los únicos que lo poseen gracias a la apropiación de la renta petrolera, han venido generando toda una serie de mecanismos de control, que al contrario de cubrir la demanda, lo que ha hecho es aumentarla, yendo en contra de todas las leyes económicas conocidas. No queda mucho tiempo en que debido a su incapacidad de resolver este problema salga alguno de sus voceros, el mejor sería Giordani, a derogar la ley de la oferta y la demanda por ir en desmedro del pueblo pobre, y así resolverían el problema, ¡una guara!

sábado, 12 de octubre de 2013

No mejora el enfermo


Este refrán le va muy bien al gobierno, y es que la cara de Maduro en la Asamblea Nacional al presentar la solicitud de la Ley Habilitante fue todo un poema. De acuerdo estoy con muchos de los diagnósticos de nuestros problemas que allí se plantearon, sobre todo cuando realiza el análisis del porqué la Venezuela rentista, que ha vivido por más de un siglo de la renta petrolera, no logra dar pie con bola. 
Para nadie es un secreto que el campo fue abandonado, y una gran mayoría de empresarios descubrieron que era mucho más fácil importar que producir, viendo como sus ganancias se multiplicaban de una manera grosera sin el menor esfuerzo, lo que ha traído como resultado  que nuestro país no haya sido capaz, luego de más de cien años de la industrialización en el mundo, de tener un parque industrial aceptable. Este ha sido uno de nuestros más graves males, ya que este arrastra tras de sí otros que son de tipo social y cultural, que nos han colocado a la cola en el desarrollo de nuestros hermanos del continente. Uno, y creo que el más grave de ellos, es creernos que somos un país rico, que el estado debe mantenernos por esa razón, voy más allá y me atrevo  afirmar que somos el único país del continente donde es posible vivir sin trabajar, ya que el estado está obligado, y así lo ha internalizado un gran número de venezolanos, a darnos nuestra parte del petróleo. 

Esa relación de dependencia de los ciudadanos con el gobierno de turno ha sido nuestro peor mal, un país que recibe más de la mitad de sus ingresos, los cuales son producidos por menos de cien mil trabajadores, nos dice que algo anda mal. Y a esto le sumamos que los venezolanos, al contrario de la creencia, no somos dueños del petróleo, lamentablemente el dueño del petróleo es el gobierno de turno, que tiene todo el poder de hacer con el ingreso que de él se obtiene, lo que mejor le parezca, el  cómo repartirlo y utilizarlo queda a la discrecionalidad de unos pocos. 


Esta relación petróleo-sociedad ha creado una fórmula perversa de dependencia y sumisión de vastos sectores de nuestra población, y no solo de los sectores empobrecidos y marginados, también de una cantidad de seudo empresarios que se han situado estratégicamente alrededor del gobierno para timarnos,  es esa la nueva boliburguesía, que no es tan nueva por cierto,  que logró, como lo denunció en su memento la expresidente del Banco Central Edmée Betancourt, "que la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) le otorgara el año pasado más de 20.000 millones de dólares a empresas fantasmas o de maletín", por lo que fue destituida del cargo, o por lo menos es lo que parece. 


Por ello es que afirmo que el enfermo no mejora; Nicolás, el problema no somos los venezolanos que tenemos todo el derecho, (que no creo seamos muchos),  de salir del país a conocer otras latitudes, el monto en divisas que han sido asignados para viajes al exterior en ese rubro debe ser ínfimo comparado con la denuncia hecha por la ingeniero Edmée Betancourt. Los que están saqueando al país no están en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía, las capta huellas las debes poner un poco más cerca de Miraflores, allí es donde encontrarás el verdadero cadivismo. 

domingo, 6 de octubre de 2013

¿Ley desarme?




Es imposible dejar de hablar de este tema, y más cuando las estadísticas de los asesinatos cometidos con armas de fuego son devastadoras. Es ocioso contar los planes de seguridad que se han querido implementar, al igual que las innumerables comisiones que se han instalado a lo largo de estos últimos años para tratar el tema de la inseguridad, sumando a éstas de origen gubernamental, una gran cantidad de propuestas que han salido de las organizaciones de Derechos Humanos. Pareciera ser que no hay capacidad por parte del gobierno para enfrentar esta realidad, el desarmar de la población civil debe ser el objetivo a lograr. 
En un país hermano como ecuador se prohibió el porte de arma desde el 2009, logrando disminuir los índices de homicidios de una manera drástica. Un estudio realizado por la ONODC (Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito), nos coloca como el país de América del Sur con la mayor tasa de homicidios  para el año 2010, contabilizando 13.080 fallecidos en hechos violentos, con un índice de 45,1 por cada 100.000 habitantes, seguidos por Brasil con una taza de 21, menos de la mitad comparándolo con nuestro país, y no es que Brasil no tenga problemas tan parecidos a los nuestros como la pobreza y miseria que se reflejan en sus grandes favelas, es que ellos si entendieron que este flagelo debía ser combatido con toda la autoridad del estado, y por cierto no fue en los gobiernos dictatoriales o neoliberales brasileños que se asumieron medidas drásticas para luchar contra la violencia y lograr desarmar a la población, fue en los gobiernos de Lula que se decidió, y se comenzó con los grandes operativos de desarme en los sectores populares, medida que fue implementada con la colaboración de ejército. 
Igualmente se enfrentó el problema de las cárceles y el tráfico de drogas; fueron creados cuerpos de seguridad con competencias especiales para desarrollar estas tareas, era imposible hacerlo con los cuerpos policiales que para la época estaban contaminados y penetrados por el hampa organizada. Fue un problema que se atendió y se sigue atendiendo con voluntad política, que creo es lo que le falta a este gobierno. 
Será que la incapacidad está llegando a tales niveles que el gobierno se ha rendido ante este tema que pone en riesgo la soberanía del país, si la soberanía, porque la invasión que tanto pregonan no viene de alguna potencia extranjera, la invasión se está desarrollando en los actuales momentos en nuestras ciudades, donde se vive en un estado de sitio permanente; en los sectores populares manda el hampa, los que asumen la custodia de territorios que son controlados por bandas armadas hasta los dientes, y a esto le sumamos que nuestros cuerpos de seguridad en su mayoría están disminuidos o penetrados por la delincuencia. Habrá que preguntarle al presidente de INDEPABIS, Eduardo Samán si: ¿eran paramilitares colombianos o marines estadounidenses los que lo atacaron con granadas en mano y armas largas a las puertas de su oficina?     

viernes, 27 de septiembre de 2013

¡Maduro tiene razón!

Las declaraciones llenas de angustia y rabia por parte de Nicolás Maduro, al denunciar ante el país que hay un saboteo económico, y toda una conspiración para desestabilizar al gobierno son ciertas, y a estas le debemos sumar la certeza de que hay quienes creen que la salida es un golpe militar. Que hay conspiradores es verdad, el único problema que veo es que nuestro amigo no ubica a los saboteadores ni a los golpistas, creo que sus servicios de inteligencia han estado fallando, y es comprensible, los cubanos no conocen del todo la idiosincrasia del venezolano, que a todo le busca la vuelta y de ello hace un chiste.

Estoy convencido de que hay una conspiración económica en marcha desde hace muchos años, y voy a cumplir con mi deber de venezolano de denunciar quiénes son los que la encabezan, entre ellos figura un tal Jorge, que dirige una banda que va desde Ministerio de Finanzas al Banco Central, los denominan la banda de los “enanos del banco nieves”, parece que es por sus dotes en lo que tiene que ver con la minería en la extracción del oro de las bóvedas del Banco Central. Estas dos instituciones que dirigen la economía del país quedan a pocas cuadras una de la otra, y esto les posibilita a los saboteadores económicos el asedio malicioso a los trabajadores, a los que les dan ordenes conspirativas, al parecer ofrecieron un bono de fin de año para aquellos que logren que la inflación pase del 50%, esto ha hecho la competencia entre los saboteadores muy reñida.

Igual situación se está presentando dentro de los cuarteles, que parece han sido confundidos con mercales, por lo largo de las colas que se ve en sus entradas, me dicen que es por la conscripción, no por la conspiración. Allí se ha puesto en marcha todo un plan para dar un golpe, seguro que están poblando nuestros cuarteles de puros escuálidos. El problema sigue siendo la imposibilidad de identificar al cabecilla de esta maniobra apátrida y pro imperialista, pero me llegan rumores, y no es que quiera competir con Bocaranda, que el militar que encabeza toda esta conspiración golpista se hace llamar Teresa, lo que no me informan si es su nombre verdadero o un seudónimo usado en la clandestinidad. 
Hay un tercer sector que viene conspirando con mayor fuerza, es el que tiene que ver con los alimentos, los cuales gracias a la conspiración, están por las nubes, y a este complot se le suma la escasez y la especulación. En este rubro ha sido más difícil dar con el responsable, ya que pareciera que es un mostro de mil cabezas el que la dirige, pero le recomiendo al compañero obrero que no siga buscando lejos de su entorno, que el conspirador no está en fedecamaras, ese Jorge no es Roig, y la señora Teresa no es Albanes, y si le da tiempo, ahora que no tiene avión presidencial para andar recorriendo el mundo, se dé una vuelta por los mercales y los bicentenarios, y hable con sus compañeros trabajadores, estos le sabrán decir quiénes son los verdaderos conspiradores que se han dado a la tarea de especular y esconder los alimentos.

Manuel Castells


Manuel Castells Oliván (Hellín, Albacete, España, 9 de febrero de 1942) es un sociólogo y profesor universitario de Sociología y de Urbanismo en la Universidad de California en Berkeley, así como director del Internet Interdisciplinary Institute en la Universidad Abierta de Cataluña y presidente del consejo académico de Next International Business School.

Según el Social Sciences Citation Index 2000-2009, Manuel Castells es el quinto académico de las Ciencias Sociales más citado del mundo y el académico de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) más citado del mundo.[]

Trata -entre otros temas- en profundidad sobre la Sociedad de la Información, y habla de la Teoría del Estado, como un problema de información en su obra El Estado Red.

En los últimos veinte años ha llevado a cabo una vasta investigación en la que relaciona la evolución económica y las transformaciones políticas, sociales y culturales en el marco de una teoría integral de la información, cuyo ejemplo más claro puede ser el Proyecto Internet Catalunya que coordina. Los resultados de su trabajo se recogen en la trilogía La Era de la Información, traducida a varios idiomas y que ha sido encumbrada por Anthony Giddens, asesor de Tony Blair, al nivel de los esfuerzos explicativos que Marx o Max Weber hicieron por interpretar la sociedad industrial. Si bien otros autores, más críticos, la consideran una obra que se limita a hacer un voluminoso resumen de las obras de Alvin Toffler, Yoneji Masuda, John Naisbitt, Saskia Sassen, James Martin entre otros. Lo que sí parece ser un hecho es que Castells es actualmente uno de los autores de referencia en el campo del estudio de la Sociedad de la Información. Desde el 16 de febrero del 2006 es académico de número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras, con la medalla número 38. Su discurso de ingreso fue «De la función de producción agregada a la frontera de posibilidades de producción: productividad, tecnología y crecimiento económico en la era de la información».

lunes, 23 de septiembre de 2013

¿Autoridad?



El término "autoridad" tiene origen romano y era comúnmente concebido como parte de una trilogía que incluía la religión y la tradición. En este primer significado, se considera "que los que están en posición de la autoridad hacen cumplir, confirman o sancionan una línea de acción o de pensamiento" (Sartori, 1989). En el sentido moderno del término, la autoridad se ha definido de varias formas como: Atributo de una persona, cargo u oficio que otorga un derecho a dar órdenes;  Es una relación entre los cargos de superior y subordinado; Es una cualidad que hace que una orden se cumpla.
Pareciera que en los actuales momentos el gobierno ha sido incapaz de hacer cumplir su autoridad, veamos ejemplos de ello: Se habló de la ley desarme, y han hecho todo un montaje comunicacional para que la sociedad  sienta que están dando los pasos necesarios para cumplir lo ofrecido, pero lamentablemente para un gran número de venezolanos esto ha sido solo eso, una puesta en escena, y así los hechos lo demuestran. Sin querer dar datos estadísticos sobre el número de homicidios que se cometen con armas de fuego, solo uno de ellos ejemplifica esta lamentable realidad; van 56 funcionarios policiales asesinados por armas de fuego en la zona metropolitana en lo que va de año. Esto nos indica que nuestras autoridades no han sido capaces de hacer cumplir esa orden.


Otro ejemplo del que debemos hacer mención es el de las cárceles, donde el estado con el mayor descaro entregó su autoridad a los reclusos, nuestras cárceles se convirtieron en guetos de poder dentro del propio estado. El gobierno escogió la ruta más fácil, abandonó su autoridad para que los reos se las arreglaran como pudieran, y crearan sus propias normas de convivencia. De allí nacen estas estructuras perversas que tienen a la cabeza a los delincuentes más peligrosos y sanguinarios, pues al estado le fue más cómodo dejar que los reos se organizaran a lo interno, logrando algún grado de convivencia y de orden, dejando que ellos controlasen le seguridad interna, las visitas conyugales, la diversión, la alimentación  y se dotaran de sus propias sanciones, como por ejemplo, aquel que le faltara o agrediera a un familiar de algún recluso era asesinado.

Lo de la cárcel de Sabaneta ejemplifica esto de la manera más dantesca, el recluso que es catalogado como el “pran” Edwin Soto, apodado "El Mocho Edwin", líder de las áreas Penal y de La Máxima, junto a 30 hombres que conforman su "carro", con armas largas, granadas y chalecos antibalas, derribó una pared del área de Procemil para tratar de tomar el control de esa zona. El "pran" de esa área, Ricardo Moreno, produjo un incendio para evitar el ingreso de ese bando y se desató un prolongado intercambio de tiros y bombas. (El Universal: 18/09/2013). Esta acción que envidiaría cualquier productor de cine de Hollywood, dejo 16 reclusos asesinados, sumándose a los 289 reos que han perdido la vida en los primeros seis meses del año, esto de acuerdo a las cifras del Observatorio Venezolano de Prisiones.

Con estos sucesos los venezolanos nos preguntamos, qué espera el gobierno para ejercer el mandato que le confiere la constitución y hacer cumplir sus órdenes aplicando su autoridad en estas dos materias tan delicadas. La autoridad del propio estado se pone en entredicho, y recordando el concepto básico de estado: Como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado. Será que estamos en presencia de la disolución del estado por la incapacidad de aquellos que en la actualidad ocupan las instituciones que están llamadas a poner un alto en esta matanza, haciendo valer y cumplir sus órdenes. El problema no es Siria, Libia o el Imperio, el problema que urge es atender el de la violencia en nuestras calles.



lunes, 16 de septiembre de 2013

¿Militarismo?


Hace algunos años se puso de moda colocar en la parte interior del automóvil, cercano al parabrisas, la gorra militar, fuera esta de cualquiera de sus fuerzas, era como una forma de prevenir a los “civiles” que tuviesen cuidado que en ese auto iba un militar. Esto duró hasta que se sucedieron los hechos del 27 de febrero de 1989, no hubo gorra ni cachucha que quedara visible, el miedo, o tal vez la indignación y la vergüenza hizo que esta práctica, algo pedante, desapareciera por muchos años.
Pero al parecer el tiempo hace olvidar a muchos las causas que llevaron a tan lamentables hechos. Actualmente veo con indignación que esta práctica se ha puesto nuevamente de moda, pero no por parte de los militares, sino por algunos empleados públicos que se creen de alguna casta superior en nuestra sociedad, se observan modernos vehículos con gorras de PDVSA, el SENIAT y el CNE, dándole también a este grupo de trabajadores por comprar unos porta carnet como si pertenecieran a algún cuerpo de seguridad del estado. Pero allí no culmina la cosa, ya que si fuera nada más por pura pantallería, tal vez no importaría, por aquello que a cada quién con sus acciones con tal no embrome a otro, es la actitud de estos servidores públicos, que se creen superiores y te tratan con irrespeto, superando en creces la arrogancia con que algunos oficiales de la fuerza armada tratan a los “civiles”, por cierto término utilizado de forma peyorativa en los cuarteles para descalificar a algún soldado.
Esta moda impuesta es preocupante, no por el comportamiento de alguno de estos individuos, lo grave es que se encuentra acompañada de un alto grado de militarización de la sociedad, ya los oficiales de nuestro ejército no necesitan poner sus gorras a la vista de todos, es que a diario y en cualquier lugar nos topamos con alguno de ellos, esto sin contar los que ocupan en comisión de servicio cargos en la administración pública, y a la vez se le suma la escuela de Hugo Chávez que hizo a muchos de estos oficiales tener aspiraciones políticas, no siendo las aspiraciones el inconveniente, ya que tienen derecho a ello, el problema se da al parcializarse por una tendencia política y utilizar su investidura para promocionarse públicamente con un discurso gobiernero por parte de algunos altos oficiales, que nos hablan en un tono nada agradable, como si no fuéramos lo suficientemente capaces de existir sin ellos.
A este discurso se le agrega un componente que ya se siente odioso, y es la muletilla de utilizar a Chávez para todo, si van a tapar un hueco es por mandato del “comandante eterno”, si limpian una escuela es gracias al “líder supremo de la revolución”, y pare usted de contar, pareciera que no se hayan sin el “caudillo eterno”. Males que venimos arrastrando desde la época de la independencia, creemos que los militares son los salvadores de la patria, que cosa más alejada de la realidad. Hace poco el presidente de Uruguay Pepe Mujica en los actos de los 60 años de conmemoración del Asalto al Cuartel Moncada, que se realizó en la Habana les espetó en sus caras que “el mundo saldrá de la prehistoria el día que los cuarteles sean escuelas y universidades, frase lapidaria dicha enfrente de un régimen militarista como el cubano, que ahora se hace acompañar por el nuestro.

jueves, 12 de septiembre de 2013

Se busca alcalde proactivo


 
De verdad que Caracas cada día es menos vivible, en parte por la violencia que se ha instalado en muchos de sus habitantes, y por la otra, el caos generalizado en que transcurren sus días.
De la ciudad de los techos rojos que conocieron nuestros padres no queda nada. Caminar por nuestras calles es toda una odisea épica, aventuras que me imagino vivieron hombres y mujeres en los tiempos de la barbarie, que al igual que nosotros debieron enfrentar a unos individuos que mal encarados montan sus caballos de hierro atropellando todo a su paso, no respetando ninguna norma conocida, y para completar la escena dantesca aparecen unos elefantes de hierro, bien maltrechos por cierto, botando chorros de humo por sus trompas y haciendo ruidos ensordecedores, de los que debes huir apresuradamente pero con sumo cuidado, ya que las aceras o caminos están llenos de trampas: huecos, trabajos inconclusos, tanquillas sin tapas, vendedores de cualquier cosa y en cualquier parte, y de repente, te encuentras en medio de un tornado lleno de desagradables olores  y suciedades, una selva moderna.
Caracas no ha sido planificada, no hay armonía visual, puedes pasar de una casa vieja y en ruinas a un edificio monstruoso con ventanas de vidrios. El tráfico es provocado en gran medida por los propios conductores, no hay un sistema de paradas para el transporte público, la mayoría no respeta semáforo alguno, incluyendo a las propias autoridades que son los primeros infractores.  Hasta ahora no hay autoridad que logre ordenar la ciudad, los motorizados trancan la autopista apenas llovizna, y lo hacen de forma desafiante; recuerdo la vez que tomaron la asamblea nacional para impedir que se aprobara la ley que regularía su tránsito dentro de la ciudad, fueron miles los que tomaron el centro de la ciudad atropellando y sometiendo a todos los que a su paso encontraban, como cuando los Hunos invadían Europa, el resultado, no hay ley que los regule, ya que no hay autoridad que los enfrente.

La contaminación sónica ha aumentado en un alto porcentaje en los últimos años, a las motos le han puesto cornetas de carro que tocan como diversión, los conductores de las camionetas públicas le han puesto trompetas de aire comprimido a sus vehículos las que hacen sonar por cualquier cosa, o para torturarnos tal vez.
Pareciera que las ordenanzas y las leyes son, como diría Arturo Uslar Pietri, para los “pendejos”.
El flamante alcalde que tenemos se llena la boca hablando de los espacios recuperados, la plaza de Bolívar, algún boulevard, y alguno que otro espacio, pero la verdad es que para llegar a estos espacios se deben atravesar una cantidad de obstáculos que los hacen inexistentes, o impenetrables cual ciudad medieval amurallada. ¿Cuándo nuestra ciudad contará con un alcalde que simplemente la ordene y haga cumplir las normas?, ¿será esto mucho pedir? 

sábado, 31 de agosto de 2013

¿Y si triunfa la abstención?


La contienda electoral pautada para el 8 de diciembre nuevamente se ha planteado  en términos dicotómicos , escuchamos voces que nos hablan de la batalla final, o ganamos o no hay nada que hacer, el Armagedón. Bajo esta concepción de la política es muy difícil que logremos avanzar, una campaña electoral que debiera estar basada en algo tan importante para la democracia como es la elección de sus concejos municipales y sus alcaldías, instancias que acercan al ciudadano al poder real, no es lo que se asume  como tema para el debate. Este debiera ser el momento de la evaluación de aquellos que fueron designados democráticamente para cumplir con la función de administrar el municipio, con el voto podemos premiar o castigar, juzgar el trabajo que se hizo desde las alcaldías,  este sería el escenario ideal, pero no, quieren llevarnos a votar por buenos o malos, ineficientes y eficientes por igual sin poder evaluarlos, la gestión no es lo que importa, lo importante es contarnos para ver quien representa la primera minoría del país, que absurdo.  
Reafirmar a la  población que desde estas instancias es que podemos colaborar para solucionar  sus problemas más sentidos, ya que es desde allí que se pueden acometer políticas públicas para lograr mitigar sus angustias, debiera ser el mensaje. Pues no, eso no es lo primordial para algunos, lo importante no es elegir a los mejores y más capacitados para resolver los problemas de la gente, es simplemente contarnos en un proceso electoral plebiscitario. El objetivo para los sectores en pugna es ver quien obtiene la mayor cantidad de votos a nivel nacional, que para unos sería la reafirmación de que obtuvieron el triunfo en abril, y para otros sería demostrar que hubo fraude. Veamos, y asumiendo que esta sea la estrategia: si triunfan los que apoyan la tesis del fraude, ¿cuál sería la respuesta lógica?, pedirle la renuncia a Nicolás, entraríamos en el retornelo de “nico vete ya”, volveríamos a convocar a la gente a las calles y a no abandonarla hasta que renuncie el que ahora se encuentra en Miraflores, llamaríamos a la fuerza armada a derrocarlo, ¿qué vendría después? Y si en este escenario triunfa el sector oficialista, qué nos espera, más represión, intolerancia, irrespeto a aquellos que no comulgamos con esta forma de gobernar, seguirán las instituciones secuestradas y sin cumplir con sus funciones, la inseguridad y el alto costo de la vida seguirán en ascenso, ¿eso es lo que nos espera? El mundo kafkiano.
Pero en esta competencia irracional podría ocurrir otro escenario; que sea la abstención la triunfadora. Y si esto ocurre ya escucharemos de quienes dirigen esta estrategia plebiscitaria, que los que no votaron son unos irresponsables, insensibles, oportunistas, o que están bozaleados por las “dadivas del gobierno”, que estamos adormecidos y no somos capaces de exigir nuestros “derechos”. Frases como estas ya las hemos oído en boca de algunos, pero no podrán pensar estos amigos, de un lado y del otro, que la mayoría de los venezolanos se han expresado de esta manera para hacer sentir su voz exigiendo eficacia en el manejo de los fondos públicos, y de alguna u otra forma, que los que hacen oposición sean capaces de innovar y proponer soluciones. No soy muy asiduo a ir al cine, algunas veces voy, pero lo que no haría es ver una película dos veces, y menos si esta ha sido mala, y lo que estoy viendo en la actualidad es que pretendemos repetir un mismo guion, y algunos nos quieren hacer ver una película repetida, y yo, como muchos, no estamos dispuestos a volverla a ver.


sábado, 17 de agosto de 2013

¡Disociados!


 Hace algún tiempo los representantes del régimen pusieron de moda un término que luego fue utilizado libremente, el de “disociados”, con el objetivo de descalificar a todos aquellos que no estuviesen de acuerdo con ellos, ¡cosa rara!
 Esta patología es definida en psicología y psiquiatría como una sintomatología donde elementos inaceptables de la personalidad del individuo son eliminados de su autoimagen o negados de su conciencia, viene a ser un mecanismo de defensa de nuestro organismo para eliminar todo aquello que nos pueda causar algún daño a nuestra psiques, lo que justifica y explica que haya individuos que convivan con fuertes incongruencias, sin tomar conciencia de ello. Ciertamente creo que muchos venezolanos han creado mecanismos de defensa para alejarse un poco de los graves problemas que los aquejan, lo que es natural, y más que natural, necesario. Pero veamos del lado del gobierno, y siguiendo con el uso de la nueva terminología, encuentro que  la Asociación Estadounidense de Psiquiatría nos define El trastorno de identidad disociativo “como la existencia de dos o más identidades o personalidades en un individuo, cada una con su propio patrón de percibir y actuar con el ambiente…”, ¡bingo!, ahora logro entender al régimen cuando habla de diálogo.
Es que al escuchar a voceros del gobierno con este llamado no me queda más  que compartirlo, y voy mucho más allá, a la necesidad de crear una instancia donde nos podamos sentar para llegar a  acuerdos de cómo enfrentar y solucionar las calamidades que agobian a los venezolanos día a día, que lo urgente es asumir en el cómo resolver los grandes problemas del país, que el gobierno entienda que por su lado no puede solo, y así se ha constatado en estos últimos 14 años, pero que también los sectores que le adversan comprendan que la conflictividad y la confrontación no ha sido beneficiosa en la lucha política, y así lo han demostrado los resultados electorales.
 El problema no es el llamado a dialogo por una parte del gobierno, es su otro yo, lo que me hace recordar aquel personaje de historietas cómicas “el otro yo del Dr. Merengue”, que siempre andaba con poses sobrias pero se dejaba ver en sus pensamientos aquellos sentimientos impuros y bastardos. Algo parecido le acurre a los voceros del régimen, que para realizar el llamado al dialogo asumen posturas sobrias y muy serias, y hasta reclaman de los demás seriedad y honestidad. Pero vemos que en la asamblea nacional, como ejemplo, hay algunos de sus voceros que representan aquella imagen del individuo resentido y lleno de odio, representando de la mejor manera el otro yo del Dr. Merengue, en donde los vemos en actuaciones que chocan con la moral y la ética, descalificando, agrediendo, utilizando las ofensas y las mentiras como métodos para destruir al contrario, al que ahora es visto como enemigo, no como contrincante.
 Ver las escenas del parlamento cada día es más difícil, hay que tragar grueso, el teatro de lo absurdo es lo que el régimen ha llegado a recrear en el espacio que por naturaleza esta llamado al dialogo, institución que fue creada para que de forma civilizada pudiesen convivir aquellos que son diferentes en los modos de pensar, y como cosa rara para quienes allí se encuentran circunstancialmente, para acordarse, entenderse y trabajar para resolver los problemas de las grandes mayorías. Pero mientras los voceros del gobierno sigan actuando como el Dr. Merengue de las historietas será imposible el dialogo sincero y productivo.



martes, 13 de agosto de 2013

¿Constituyente?


Alguien podrá pensar que el problema que viven los venezolanos es por falta de leyes, que la conflictividad social que atraviesa nuestro país es debido a que la constitución es mala o buena, será que el caos y la anomia que vivimos a diario, ¿son por falta de una normativa jurídica? La convivencia es un hecho social que se presenta desde la aparición del hombre sobre la tierra, el vivir en sociedad tiene por lo menos dos aristas, la primera de ella es que somos por naturaleza animales gregarios y esto nos lleva a agruparnos, y la segunda es nuestro propio desarrollo histórico-social, ya que en los tiempos donde el hombre era lobo del hombre nos vimos en la necesidad de llegar a un mínimo de acuerdos para sobrevivir, sumado a ello nos encontrábamos frente a un mundo hostil el cual nos vimos obligados a domesticar, en donde prevaleció la necesidad de colaboración entre los primeros seres humanos por encima del egoísmo que también nos es natural, obligando a los primeros hombres a mancomunarse para superar lo agreste de la naturaleza que podía arrebatarle la vida en cualquier momento. Así se lograron las primeras normas de convivencia, que por cierto no estaban escritas, y estas fueron acatadas por la gran mayoría sin otra atadura que el propio compromiso. Fue una obligación el llegar a entenderse entre sus pares para poder sobrevivir. Es desde allí que surge, por vía de acuerdo, la conformación de los primeros asentamientos humanos.  El hombre fue obligado por las circunstancias que lo rodeaban  a entenderse, de allí nace el pacto social que deriva en lo que hoy conocemos como el contrato social que nos refiere el filósofo Rousseau, que luego con el pasar del tiempo estos acuerdos de convivencia se convirtieron en normas escritas, el primero que se conoce fue el Código de Hammurabi, creado en el año 1760 a. C. por el rey Hammurabi de Babilonia en la antigua Mesopotamia, mejor conocido como la Ley del Talión, otro de ellos  las Tablas de Moisés en las que quedaron plasmados los Diez Mandamientos, donde el profeta Moisés recibió directamente de manos de Yahveh una lista de órdenes que los israelitas debían respetar para lograr la convivencia en sana paz, en el año 1250 a. C..
Esta nueva necesidad, que no es otra que plasmar por escrito las normas de coexistencia, nos llevó a lo que hoy conocemos como la Constitución, siendo las primeras de la época moderna las surgidas de la Revolución francesa y de la norteamericana, donde se plasmaron los derechos del hombre y los límites a los poderes gubernamentales, que por cierto las dos surgen del poder constituyente originario, como nos lo diría el abate Sieyès.
 Ahora, y en las circunstancias de hoy ¿será posible redactar una nueva constitución sin un acuerdo y entendimiento previo de los sectores en pugna? La pregunta es ¿qué necesitamos? una nueva constitución, o un nuevo pacto de convivencia. Para aquellos que asumen la convocatoria de una constituyente, creo que hay algo que se les olvida, y es que la gran mayoría de los venezolanos están agobiados por múltiples problemas, que sería ocioso de mi parte enumerar, que no tienen nada que ver con los intereses de una parte de la clase política que perdió el norte hace ya mucho tiempo, que no les preocupa enrumbarnos nuevamente hacia una confrontación política de tamaña envergadura, la que nos podría llevar por caminos inciertos con fines nada claros, a ello le sumamos que para el gobierno sería una vía de escape para desviar los verdaderos problemas de la gente,  ya que plantearle a los venezolanos que la solución de sus dramas pasa por la convocatoria a una asamblea constituyente sería, para decir lo menos, una gran falsedad.


 

lunes, 5 de agosto de 2013

¿La Calle?


Hay muchos que predican que hay que tomar la calle, ¿tomar la calle?, alguien podría preguntar si la debemos tomar con hielo o seco, pero este tema es muy serio para tomarlo a chanza. Especialmente para algunos que sienten que no hay salida a la crisis que está afrontando nuestro país, frente a otros que pretenden pescar en río revuelto y se escudan en el llamado a manifestaciones de calle de todo tipo, creyendo que con ello se mantendrán en la cresta de la ola para ocupar algunos espacios de representación popular, sin caer en cuenta que el país de los comunes, y no usando éste término con la connotación histórica de la Cámara de los Lores, sino de la gente de a pie, los ciudadanos que día a día deben ganar el sustento para su subsistencia, por cierto nada fácil en estos momentos en los cuales el salario es más que insuficiente, donde nos referimos  a un universo de más del 90% de la población que no activa en política. La gran mayoría del país se encuentra ocupado en ser habitantes de sus espacios, ocupándose de sus quehaceres cotidianos, antes que ser activistas políticos.

Hay algunos que no han querido entender que no puedes mantener a una población, que tiene necesidades de todo tipo, en una constante crispación política, ya que todas las teorías politológicas, sociales y psicológicas han demostrado que el ser humano busca vivir en sana paz y en procura de su confort, que este es su primer objetivo de vida, que somos animales gregarios que nos gusta vivir en comunidad y en sociedad, y estas características nos han hecho unos sobrevivientes a lo largo de todos los eventos que se han presentado en nuestro planeta por miles de años desde que apareció la raza humana.  

Todo esto ¿por qué?, veamos: a los venezolanos se les viene sometiendo a una contienda y a un enfrentamiento político sin pausa ni descanso por más de 14 años, desde que se dio el cambio del Sistema Político Venezolano en 1998 con la llegada de Hugo Chávez a la presidencia, el que le  dio un giro a la acción política que por años nos había acompañado, la que  llamó el investigador Juan Carlos Rey “el sistema populista de conciliación de elites”, para con ello identificar los primeros años de la naciente democracia que a partir de 1958 se trató de instaurar, escenario político que fue cambiado por la nueva elite gobernante encabezada por un presidente que llega al poder, en gran parte por el agotamiento de este juego político  acompañado por el deterioro de las instituciones del Estado, es allí donde el nuevo presidente desarrolla y apuesta todo su accionar político, a un sistema de confrontación, donde desaparece el adversario y nace la figura del enemigo político.  Esta situación ha llevado a la población venezolana a vivir una gran cantidad de eventos de calle que es bueno recordarlos, como fueron marchas a granel, paros, huelgas generales, y otros tantos para culminar en golpes de estado. También nos hemos visto inmersos en 19 procesos electorales en un corto lapso de tiempo, los más recientes las presidenciales del 7 de octubre de 2012 y el 14 de abril de 2013, las que contaron con las más alta participación política electoral de los últimos tiempos, donde los ciudadanos se abocaron a cumplir con su responsabilidad política de acudir a todas y cada una de las manifestaciones convocadas por los diferentes actores políticos, culminando su acción ciudadana acudiendo masivamente a votar. Este es un hecho cierto y constatable, los venezolanos han cumplido con el deber de elegir.

Ahora, y retomando el tema de la calle, es necesario hacer entender a los que pretenden seguir este esquema de exacerbación de la vida ciudadana, que lean el mensaje que el día sábado 3 de agosto les envió un sector mayoritario de los venezolanos, cuando fueron convocados a  marchas y concentraciones, de un lado por el gobierno y del otro por los sectores que lo enfrentan, que sin temor a equivocarme han sido, ambas, las concentraciones más exinanidas vistas en los últimos años, en donde la ciudadanía envió un mensaje claro, el cual está siendo refrendado por los últimos estudios de opinión pública, en los cuales la mayoría de los venezolanos exigen diálogo y el cese de la confrontación estéril por parte de los sectores en pugna, para que se ocupen y coadyuven a resolver los graves problemas que agobian a todos y cada uno de los ciudadanos, sin distingo de sus preferencia política, este es el llamado que se hace por parte de estos sectores mayoritarios; qué se espera, será por la consigna que recorrió la Argentina en el 2001, compartida por nuestros hermanos brasileros hace poco; ¡que se vayan todos!  
 

domingo, 28 de julio de 2013

¿Oposición seria?


Muchos son los que escriben, y otros los que arguyen que al país le hace falta una “oposición seria”, lo primero que deberían decirnos los que la piden es, ¿qué entienden por oposición seria?, cosa que creo no es nada sencilla de explicar, y mucho menos en nuestro país en el cual carecemos de un gobierno serio para hacer un contraste, y es allí donde me atrevo a preguntar ¿qué esperaría cualquier venezolano de un gobierno serio?  Me imagino que no esperaría otra cosa que no fuera que los diferentes niveles de gobierno hagan que las instituciones cumplan su rol fundamental en la sociedad, haciendo énfasis en  el ordenamiento de las actividades que a diario todos los ciudadanos debemos enfrentar. Podemos empezar de abajo hacia arriba, desde las alcaldías,  para luego llegar al gobierno nacional, y el mejor ejemplo para describir esto es la alcaldía del Municipio Libertador que dirige un psiquiatra, cosa paradójica, ya que Caracas se ha convertido en una ciudad que nos perturba y enloquece, una ciudad donde no se respetan las normas, ordenanza ni leyes, en la cual sus “autoridades” son las primeras en violentar toda normativa jurídica, convirtiendo a nuestra ciudad en un caos, donde trasladarnos a nuestro trabajo nos quita horas de vida, ya que no han sido capaces de ordenar el tráfico vehicular,  una ciudad estresante y violenta donde caminar por sus calles nos genera angustia, que causa repulsión y temor a la vez, sensación que ciertamente necesita de ayuda de especialistas, como por ejemplo un psiquiatra.

Qué se le puede pedir a nuestra ciudad, la que dejo de ser planificada hace muchos años, la que no cuenta ni siquiera para cumplir con las formas, de una oficina de planificación urbana. Si nuestra ciudad, que es la capital de la república y sede de todos los poderes públicos se encuentra en este estado, qué quedará para el resto de las provincias. Ahora, ¿y la seriedad del gobierno central? Es serio un gobierno que no es capaz de garantizar la paz social y la vida de sus conciudadanos, que mantiene a una población reclusa a merced de la buena de Dios, un gobierno que tiene ¡14 años!, si óigase bien, son 14 años con el mismo discurso revanchista y pendenciero que lo único que ha logrado es incrementar los índices de violencia, un gobierno que no ha sido capaz de resolver el problema estructural de la salud pública, que solo el año pasado entregó a las aseguradoras privadas en pagos de pólizas de HCM, más de 7 mil millones de dólares, lo que ha privatizado de hecho la salud, que ha entregado a otros países la soberanía alimentaria  importando más del 50% de lo que consumimos, un país que gasta más del doble en armamento militar que en sus universidades, y no podemos dejar de mencionar el gran daño que le está haciendo a nuestros niños de los sectores populares el micro tráfico de drogas, con centros educativos en donde la violencia impide que los maestros impartan clases con normalidad.
En nuestros liceos son escasos los profesores que se sienten motivados para dar una educación de calidad, donde el embarazo precoz y la droga hacen de nuestro futuro, un futuro incierto, esto como consecuencia de una generación que se está levantando rodeados de una falsa moralidad o peor, de una doble moral, con un gobierno que pierde el tiempo haciendo apología del delito, de los golpes de estado, que ensalza la posesión de armamentos en manos de unos individuos que tienen el aval para amedrentar al resto de los ciudadanos, doble moral que queda evidenciada al hablar del desarme de la población.
Puede ser que necesitemos una mejor oposición, pero eso puede esperar, eso no es lo urgente.
Lo que no puede esperar es que el gobierno asuma los problemas con seriedad, lo que nos hace falta es un gobierno serio, que entienda que estamos en el siglo XXI, que el tiempo de las montoneras ya pasó, que hay que enrumbarnos hacia la modernidad, que es necesario el entendimiento con todos los sectores para que logremos sacar al país del atolladero en que se encuentra, que eso es lo urgente, que la lucha no es contra el imperio, el imperio siempre estará allí, la lucha es contra la violencia que se ha hecho estructural en nuestra sociedad y pone en riesgo al mismo estado, que debemos ir por el rescate de la institucionalidad, que la lucha sea contra el desempleo y subempleo, por mejorar la salud y la educación pública, esto es lo que se espera de un gobierno serio.

Daniel Santolo

Una historia de nunca acabar

Venezuela esta hundida en una confrontación política que pareciera no tener fin, desde los años ochenta algunos sectores del país decidier...