domingo, 22 de noviembre de 2020

Por qué voy a votar

Porque he luchado toda mi vida al lado de los más desposeídos, porque creo en mi país y en su gente, porque estoy seguro que si es posible superar la tragedia que atraviesa el pueblo venezolano, pero ello pasa por consultarlo, porque creo en la reconciliación, porque la vía no puede ser el revanchismo ni el odio, porque pongo de lado la violencia, que lo que trae es más violencia, porque quiero que mi hijos y mis nietos crezcan y se desarrollen a mi lado para poder disfrutar de ellos, porque no es salida que nos impongan desde afuera una intervención en cualquiera de sus formas, porque es necesario impulsar  la salida democrática mediante el voto, porque la movilización alrededor del voto es la que construye con mayor efectividad conciencia ciudadana, porque confío en ese país que se levanta cada mañana y lucha para superarse, porque no creo en mecías, como no lo hice cuando a Chávez lo apoyaba el 80% de la población, allí también nade contra la corriente, como lo hago ahora en contra de la abstención, porque comprendo la necesidad de entendernos como adversarios y no como enemigos, porque la política al igual que la religión es un compromiso de vida y en ella descansa mi fe, porque me he desarrollado como político desde el mundo sindical donde fui electo por los votos de los trabajadores, aprendiendo al lado de ellos, la honestidad y la franqueza, porque cada día que doy clases en la UCV veo a mis alumnos que sueñan con obtener un título, lo que me llena de entusiasmo y optimismo, ya que en ellos veo nuestro futuro.

Porque estoy convencido que nuestro porvenir será mucho mejor, porque no creo en un hombre o en una mujer, sino en el trabajo de equipo, porque sueño con un país mejor y posible, porque al igual que en tiempos pasados nuestro pueblo clama por una salida, pero una salida que los incluya, que les consulte, que les dé las herramientas necesarias para superar sus penurias, porque he visto países en peores condiciones que el nuestro y han podido en corto tiempo superar su crisis y resolver sus diferencias por intermedio del voto, porque entendiendo que el trabajo productivo es la única herramienta que nos podrá sacar de la pobreza, porque creo en los campesinos, en los empresarios honestos, en los trabajadores, porque soy un venezolano que sueña con un país mejor y estoy dispuesto a colaborar para su construcción, porque en más fácil destruir que construir, y me anoto en los que quieren construir, porque de destrucción ya hemos tenido demasiado, porque creo que lo más difícil, pero no imposible, es ponernos de acuerdo en un camino compartido para el desarrollo y el progreso, un desarrollo  humanista y ecológico que logre mejorar las condiciones de vida de todos los venezolanos sin exclusión ni privilegios, porque no creo en diferencias ideológicas, ni de clase, ni de raza, ni de preferencias sexuales, porque estoy seguro que la gran mayoría de los venezolanos están del lado de los que quieren un cambio en paz y democracia, y para llegar allí hay que votar y demostrar que somos una mayoría que quiere un cambio.

Porque creo en la unidad como concepto y no como un eslogan de campaña, y mucho menos como chantaje, porque no hay razón alguna de que nuestros niños deambulen por las calles sin rumbo, para que nuestros viejitos no sigan pasando penurias y logren vivir bajo el confort los últimos años de su vida, porque esta elección nos da la posibilidad de generar un discurso de esperanza y sosiego, porque ya basta de exacerbar lo malo, porque debemos fijar nuestra vista en la gran cantidad de venezolanos que día a día dan todo lo mejor de sí para construir un país mejor, es allí donde debemos poner todo nuestro esfuerzo, y es con ellos que cuenta nuestro país para impulsar los cambios necesarios, y estos cambios se logran es participando, para reconstruir las instituciones, y lo primero que debemos reconstruir es la convivencia, y para ello la ruta democrática es el voto.

domingo, 27 de septiembre de 2020

Allí vamos otra vez

La indignación, la rabia, la incertidumbre de no saber si esta tragedia tendrá final nos empuja a la irracionalidad, nos aleja del sentido común, de la objetividad, es comprensible, somos seres humanos que la mayoría del tiempo nos movemos por sentimientos, la rabia, que es uno de ellos, casi siempre termina siendo un combustible peligroso. Al no encontrar respuestas de quienes están llamados a darlas, nos embarga la ira y nos preguntamos ¿Cómo llegamos a esto?, y acto seguido buscamos a los culpables, alguien debe responder por esta situación, que nos deja abandonados a la suerte de Dios.

El sociólogo español Manuel Castells se ha dedicado a estudiar el porqué de los movimientos sociales que se vuelcan a las protestas en su mayoría terminan en violencia, nos dice que en parte estos movimientos se mueven por la rabia, el desencanto, y por ende consideran que la clase política solo se ocupa de sus propios intereses, que se ha encerrado en sí misma, que solo se hablan entre ellos, que no se ocupan por los intereses de los ciudadanos, pero lo lamentable es que estos estallidos sociales no resuelven los problemas, muy por el contrario los agravan, ya que no cuentan con un liderazgo responsable que los canalice para lograr sus objetivos.

Negar la gran responsabilidad de aquellos que con ideales y consignas pretender llenar los estómagos de un 80% de la población que se encuentra en la pobreza, simplemente es un sin razón, igual que numerar las terribles penurias que pasan a diario millones de venezolanos para medio vivir, es también perder el tiempo.

La rabia nos ciega, la rabia nos mueve, la rabia desahoga, pero al pasar la rabia, que en algún momento sucede, nos damos cuenta de que nada conseguimos, que nuestra rabia solo sirvió para traernos mayores desgracias, y frente a la rabia ¿qué? nos preguntamos, la respuesta más honesta sería canalizarla para lograr alianzas que nos permitan construir mayorías orgánicas que se puedan expresar de forma concreta, con objetivos claros, y sobre todo con un rumbo cierto que nos marque un camino y un destino.

Muchos desde la comodidad  incitan y celebran nuestra tragedia, gritan a distancia “el pueblo despertó”, llaman a descargar la rabia, se frotan las manos y dicen “falta poco, ahora sí” montan en sus redes videos y fotos de un pueblo siendo atropellado nuevamente por los que dominan con el poder de las armas, y llaman al “mundo” para que vean que tienen razón, que es necesario una fuerza multinacional que acabe con el “régimen genocida”, disfrutan desde Madrid, Bogotá, Miami o Nueva York viendo por las redes el posible desenlace final, tienen a su jauría trabajando para promover la violencia, y si esta no es tal, no importa la inventan, que les importa utilizar fotos trucadas o videos que no se corresponden a las legítimas protestas, o pedir más sanciones, el objetivo es el mismo, aumentar el sufrimiento de la población (William Brownfield dixit) y por ende la rabia para que un pueblo noble sea el que cargue con las consecuencias, que no son más que mayores sufrimientos, “hay que seguir hasta que el dictador caiga”, es lo que dicen en los lujosos restaurantes donde se reúnen.

El gobierno por su lado sigue como la canción, ciego sordo y mudo, bueno no tan mudo, sigue el mismo guion, es cansón escuchar la misma retahíla de excusas, no reconocen su incapacidad y su ceguera ideológica, no son capaces de dar un vuelco y romper con el dogmatismo que los mantiene atados al siglo pasado, el mundo cambió y parece no darse cuenta. La geopolítica mundial se viene moviendo, los países en medio de su propia tragedia vienen desviando sus miradas más a lo interno, a sus propios intereses, países que hace poco se reunían y espetaban resoluciones en contra del gobierno, ahora se hacen los desentendidos, hemos sido el comodín de toda campaña electoral, el ejemplo de lo que no debe ser, hasta los EUN nos usa como el ogro del continente, y ni hablar de la comunidad europea, solo somos un tema de debate parlamentario, nada más, y mientras tanto entre sanciones y políticas atrasadas nuestro pueblo es el que da la cara y sufre las consecuencias, pero a la vez asume con fortaleza el seguir hacia adelante, no importa el cómo pero sale adelante, mientras otros pretenden destruir lo poco que queda hay millones que construyen, que se echan la rabia al hombro y siguen, saben que lo único que los puede liberar es el esfuerzo compartido, y el trabajo, esos son la mayoría, esa mayoría silente que espera una oportunidad para castigar a los responsables, saben que su momento llegará.  

Silvio Rodríguez, en Días y Flores, le da justificación a la rabia, esa rabia colectiva que nace del atropello y de los vejámenes, pero como también nos dice la canción, “La rabia ¡coño!, paciencia, paciencia”.

Aquí se las dejo:

https://www.youtube.com/watch?v=gDPCOjRVP_o

Ex embajador de EE.UU. propone controversial salida a crisis de Venezuela, el bloqueo como salida

https://www.youtube.com/watch?v=YX127WVcW0o&feature=emb_logo

domingo, 20 de septiembre de 2020

El Negacionismo

 

Un nuevo movimiento negacionista se extiende por Europa, protestas en Berlín, París y Londres son ejemplos de un movimiento que plantea que la pandemia es todo un teatro que pretende controlar la libre existencia y el desenvolvimiento del ser humano, utilizada la pandemia por los gobiernos para poner restricciones que violan la libertad individual, algo así como la nueva versión de la teoría de Michel Foucault en su obra Vigilar y Castigar, o la nueva versión del Big Brother de la novela de George Orwell.

Se han dado grandes movilizaciones en Europa de ciudadanos en protesta por las medidas que son tomadas por parte de los Estados para combatir la propagación del virus, se niegan a portar algo tan simple como un tapa boca, han convertido el rechazo a estas medidas en todo un movimiento de resistencia, la Policía de Berlín ha disuelto marchas en la ciudad, formada por alrededor de 30.000 personas que incumplían las medidas de seguridad, los parisinos critican el uso obligatorio de mascarillas que, consideran, induce "miedo" y "terror" entre la población, en Londres, cientos de manifestantes se reunieron bajo consignas como “No hay vacunas obligatorias”, “Los medios son el virus”.

Pero pareciere que este movimiento ya empieza a propagarse en otras partes del mundo, en nuestro continente las medidas son combatidas por seguidores de mandatarios como Bolsonaro, que abiertamente ha dicho que ese virus es una simple “gripezinha”, ni hablar del gran hermano del norte, en donde su presidente desde un principio dijo que lo de la pandemia no era tan grave, miles de norteamericanos se negaron abiertamente a cumplir con las medidas sanitarias que estableció la OMS, dándose enfrentamientos con los cuerpos de seguridad al desafiar las medidas impuestas por algunos gobernadores y alcaldes, el propio Donald Trump los desautorizo, bueno allí están los resultados, EUA es el primer país en contagios en el mundo, y luego lo sigue Brasil, países dirigidos por dos presidentes muy parecidos.

Los movimientos negacionistas no se suscriben solo al hecho de la negación de la pandemia, ha habido movimientos negacionistas en otros momentos históricos de la humanidad, que aún persisten. Si entendemos el negacionismo como lo define al autor Paul O'Shea, siendo este “el rechazo a aceptar una realidad empíricamente verificable”, entendemos entonces el negacionismo como un comportamiento humano, exhibido por individuos que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda.

Son movimientos que han negado desde la evolución histórica del hombre, pasando por la negación al cambio climático, hasta llegar a negar el holocausto. Verdades que son verificables empíricamente, pero solo el hecho de no creer en ellas, los negacionistas se sienten con el derecho de negar esa realidad.

Hay otros autores que definen el negacionismo, como "una posición ideológica a través de la cual el sujeto reacciona sistemáticamente contra la realidad y la verdad”. En Venezuela ha nacido un movimiento negacionista, pasaremos a los libros de texto como los iniciadores de este movimiento que pretende negar una realidad empírica, el voto como herramienta de lucha democrática para cambiar gobiernos.

Se ha creado todo un discurso negacionista alrededor del voto que ha eliminado de facto su efectividad, y esto a pesar de toda la evidencia empírica e histórica que nos garantiza su efectividad en los diferentes escenarios donde se han dado grandes cambios sociales, numerar estos cambios es un ejercicio inocuo frente a este movimiento negacionista, el que ya está convencido de que votar no es la solución.

Lo lamentable de este hecho es que no es un movimiento minoritario, como los negacionistas en otros temas, como el de la pandemia, sino que se ha convertido en un movimiento que tiene muchos seguidores, convirtiéndose en una verdadera tragedia.

Derrotar este movimiento negacionista nos llevará años, y mientras tanto otra realidad nos devorará, el seguir en manos de uno de los peores gobiernos de nuestra historia, y en parte se lo deberemos a estos nuevos adoradores del negacionismo electoral.

domingo, 23 de agosto de 2020

Unidad ¿para qué, y con quién?

Vuelve el llamado a la unidad, una Unidad que es demandada como fórmula para tapar, esconder y disfrazar los fracasos, la Unidad es invocada solo cuando se ven acorralados, la usan como salvavidas. Todos las encuestas serias afirman que el descontento de la gran mayoría de la oposición, no solo es contra el gobierno, la errática política de estos dos últimos años de un sector de la oposición que desde la asamblea nacional a dirigido la política opositora, también se ha ganado su rechazo, es el mismo sector que ha espantado a los que buscan un cambio en la conducción del país, una población mayoritaria de la oposición que tiene muy claro que no acompañarán un nuevo salto al vacío. 
Con gran desparpajo llaman a crear un nuevo frente unitario, los mismos que han conducido a los sectores de la oposición sin siquiera consultar, la irresponsabilidad es su divisa. Nuevamente plantean una ruta sin sentido y cortoplacista, pero eso sí, muy llamativa, al mejor estilo de los anunciados estrenos de películas  hollywoodenses con nombres rimbombantes.
No les basta con tener al país en una zozobra permanente, en eso compiten muy bien con quienes nos desgobiernan, son tan o más irresponsables que aquellos que dicen combatir. No les importa el bien colectivo, su política es la destrucción, la no colaboración, hay que ahorcar al régimen, no importando cuantos mueran en el intento, daños colaterales, le llaman algunos.
Ahora a los grandes irresponsables les dio por buscar un conflicto con la Colombia, no la de Bolívar, sino la de Duque y Uribe, esa Colombia que no ha podido salir de la violencia que la ha sumido por más de 70 años, la misma que conducida por un gran irresponsable se presta a un plan que nos podría llevar a una confrontación bélica.
Los voceros de la “Unidad” llaman a potencias extranjeras, a realizar una acción invasora en contra de nuestro país. Cómo pedir unidad frente a este llamado de unos irresponsables que pretenden resolver una crisis política con una guerra, en donde ellos desde la comodidad de sus exilios dorados, solo la verían por televisión y la seguirían en vivo por twitter.
Con sus caras bien lavadas, pero muy bien cuidadas, imagino que en los mejores centros de estética de la Europa y de los EEUU, aparecen en los medios de comunicación llamando a una coalición internacional para deponer el régimen, eso sí, bien trajeados y alimentados, mientras piden sanciones para colaborar con la casta gobernante en matarnos de hambre. Pero como si eso no bastara, pretenden generar un conflicto con una Colombia que acaba de negociar la recepción de 5 mil millones de dólares por parte de los EEUU, supuestamente para relanzar el Plan Colombia, plan que para lo único que ha servido, es para relanzar al mayor productor de cocaína del mundo, pero eso sí, son los mismos que han asesinado a miles de luchadores sociales por los DDHH en nuestro hermano país, y al narcotráfico, ni con el pétalo de una rosa.
Hablar de Unidad desde una posición supremacista, que no pretende recobrar la democracia, muy por el contrario, vociferan la conformación de un gobierno de transición, que nadie elegirá, me imagino que sentado, ya no sobre las bayonetas de los militares venezolanos, sino sobre los M16 de los marines.   
Tamaña irresponsabilidad no se puede llamar Unidad.

jueves, 16 de julio de 2020

martes, 30 de junio de 2020

Para qué se milita en un partido político




Las organizaciones políticas forman parte del sistema político, en los estados que lo permiten puede haber pluralidad de partidos, en otros podemos encontrar sistemas políticos de partido único, o de muy poca pluralidad por restricciones del propio sistema político gobernante. Hay casos emblemáticos de países con partidos únicos o hegemónicos como lo son China, Corea del Norte y Cuba, partiendo desde estos países se da en el resto del mundo una variedad de sistemas de partidos con mayor o menor pluralidad.
En nuestro país se han venido desarrollando a lo largo de nuestra historia una gran cantidad de organizaciones políticas, algunas han perdurado a lo largo de los años, otras han desaparecido, pero también se han conformado nuevas organizaciones, algunas derivadas de las originarias, todas con fines e ideologías definidas, sobre todo las primeras que se conformaron tanto en las dictaduras como en las democracias. Los objetivos de las organizaciones políticas son muchos,  pero el de mayor peso es la búsqueda del poder político actuando democráticamente para ocupar espacios de poder, tanto regional como nacional.
Los partidos políticos son instituciones que se dan sus propias normas de funcionamiento y reglas internas para la toma de decisiones, la mayoría de partidos funcionan al igual que las instituciones militares con líneas de mando claras y definidas, en algunos con mayor grado dedautoritarismo que en otros, mucho se debate sobre la necesidad de llevar a los partidos mayor democracia interna, pero esto siempre ha tenido una contraparte, ya que son instituciones de afiliación voluntaria, puedes o no aceptar su normas internas, si no las compartes, tienes dos opciones, trabajas para cambiarlas desde adentro o te vas. Lo mismo sucede con compartir o no su ideología, si usted es de izquierda o de derecha, se afiliará a un partido que promueva su ideología, de lo contrario usted no militará en ese partido, es propio del sentido común.
Ahora, ¿de qué depende la fortaleza de un partido político?, en gran parte de su militancia, de sus bases sociales, de su conexión con las mayorías que deciden en las elecciones a quién se le otorgan esos cargos de representación popular, en todos los niveles. Políticos que han dejado huella en nuestra historia ocuparon diferentes cargos de representación popular, en 1944 Betancourt es electo Concejal por la Parroquia San Agustín de Caracas, Teodoro Petkoff varias veces diputado, y así como ellos muchos dirigentes políticos que se formaron en la lucha comunal pudieron acceder a cargos de elección popular, para desde allí, con la autoridad que le asignaba el cargo, seguir con sus luchas.
En la actualidad ciegamente algunas organizaciones políticas han dejado de lado la lucha por avanzar en la conquista de estos espacios de poder, dejando a una militancia partidista sin sus escenarios naturales de lucha, impidiendo su desarrollo político, ya que al no poder ejercer la política partidista desde estos espacios, terminan debilitando abiertamente a las organizaciones democráticas. Lo mismo ha sucedido en gremio y sindicatos, que se han vistos impedidos de realizar sus elecciones para la escogencia de sus representantes, las que obtienen su legitimidad gracias al voto de sus afiliados.
Esta situación de abandono de los espacios naturales para la lucha política ha llevado a la casi desaparición de las diferentes organizaciones de base, entre ellas a los partidos, los que se han venido vaciando de dirigentes y militantes que no ven futuro en sus aspiraciones legítimas como políticos. 
Así se perdieron casi las 2400 concejalías en todo el país, todos los consejos legislativos, elecciones realizadas en el 2018, sin nombrar el abandono de las gobernaciones y alcaldías, espacios de poder que también habilitan a su militancia para seguir participando en la política práctica, todos ellos espacios para el debate y la lucha política democrática, espacios que sí tomó el partido de gobierno, al igual que los consejos comunales y todas las instancias de participación popular,  para desde allí seguir imponiendo el control y su hegemonía política.
Todo esto se entregó a cambio de una supuesta salida de fuerza, un mantra inoficioso, ilusiones y narrativas estilo Hollywood, contribuyendo a la destrucción institucional de los partidos políticos y de su dirigencia media y de base, costara años retomar lo perdido, volver a levantar organizaciones políticas con contenido programático e ideológico, llenas de entusiastas militantes, en donde se practique una verdadera democracia interna, y no sigan algunos pseudo líderes imponiendo su visión autoritaria, y peor aún, recibiendo lineamientos de potencias extranjeras para su devenir político, una llamada del departamento de estado de los EEUU puede más que mil palabras, de los militantes de base. 

jueves, 21 de mayo de 2020

Para ponernos en contexto


La llegada de Hugo al poder es una consecuencia directa del declive de la democracia venezolana, sobre todo a partir de los años 80, cuando se construyó todo un discurso para desprestigiar a las instituciones, los partidos entre ellas. Los poderes fácticos usaron a Hugo como punta de lanza para demoler al Estado, el problema fue después de que llegó a la presidencia, no se comportó como esperaban sus promotores, les salió contestón la creación, y desde el mismo año de 1999 comienzan los movimientos conspirativos para desalojarlo del poder: paro petrolero, huelga general patronal, llamados a desconocer la nueva constitución, y esos primeros intentos para derrocar a Hugo terminan en abril de 2002 con el golpe militar, que nuevamente le da la oportunidad, como lo hizo con PDVSA, de purgar las Fuerzas Armadas, dando como resultado el fortalecimiento de Hugo en Miraflores.
Desde allí siguieron los inventos y las conspiraciones, el revocatorio del mandato 2004, intento constitucional que termina siendo insurreccional, que nos guste o no, Hugo lo ganó, no hay pruebas en contrario de ello, solo el disco duro que se le borró a Pablo Medina. 
Algunos argumentan que la opción del “Si” sacó más votos que la del "No" cuando fue electo presidente en 1998, pero inmediatamente una interpretación del TSJ refrendó el triunfo del “No”, ya que este había sacado casi dos millones de votos por encima del “Si”, creo que la decisión no fue jurídica sino matemática, pero la realidad es que Hugo volvió a ganar. Luego la abstención del 2005 para el parlamento, con la oferta de si no votamos deslegitimamos al régimen, le entregó todos los poderes públicos al chavismo, un regalo que les cayó del cielo.
En el 2006 hay un intento de tomar nuevamente la ruta democrática electoral, por cierto allí tuvo mucho que ver la posición de Teodoro. Se fue a la contienda con Manuel Rosales como candidato luego de un acuerdo entre la triada de pre-candidatos (Teodoro, Julio Borges y Manuel Rosales), y en esa elección Hugo obtuvo una ventaja de más de tres millones de votos, el por qué, simple, porque Hugo representaba ya en ese momento un sentimiento mayoritario en los sectores más desposeídos, de más de un 60% de la población.
Desde el 2006 hasta el 2012 Venezuela vive un período de bonanza petrolera, lo que lleva, a pesar de su enfermedad, a que Hugo vuelva a demostrar que era una mayoría electoral en el país, en el 2012 Hugo era casi invencible electoralmente hablando, demasiado hizo Capriles, pero el destino jugó su carta y Hugo muere al poco tiempo, esto despierta nuevamente la idea de que llegaba el momento de desalojar al chavismo del poder, Capriles asume nuevamente la candidatura, que por cierto fue debido a que nadie más lo quiso, entre otras razones, y así él se convierte en el candidato para enfrentar a Maduro.
En abril de 2013 llegan los resultados, Capriles pierde por poco margen, el CNE habla de algo más de 200 mil votos de diferencia, pero la realidad es que Hugo gana nuevamente las elecciones, sí, un sentimiento nos derrotó, la gente no votó por Nicolás, reafirmó el voto chavista, y bajo esa derrota los que por años no habían aceptado las derrotas anteriores, relanzan la estrategia, ahora llamando a desconocer la elección alegando fraude, y llaman a la gente a la calle.  
Para algunos Hugo nunca ganó una elección, todas fueron fraudulentas, eso sí, nunca demostraron ningún fraude, desde ese momento comienzan la protestas de calle, con el objetivo de romper la unidad de la Fuerza Armada e incitar un golpe de estado, la última en el 2017, a la par se abandona la ruta electoral convencidos que por esa vía era imposible derrotar el chavismo, y el inmediatismo volvió a tomar poder, había que salir de esto ya, no había más tiempo, y comenzaron los extremistas en busca de la salida rápida, en deterioro de la construcción de una mayoría orgánica que enfrentara al chavismo en su terreno.  
La decisión de ir las elecciones de la asamblea 2015 es un hecho impuesto en las discusiones internas de la MUD, impulsadas por los partidos que creían que si era posible derrotar al gobierno por los votos, ya no se enfrentaba a Hugo ni a su fantasma, era contra la mala gestión de Maduro, algunos partidos como Voluntad Popular no lo aceptaban, pero se impuso la idea racional de ir a las elecciones, y se logró derrotar al gobierno gracias a la participación y movilización  mayoritaria de la ciudadanía, que el gobierno trate luego de romper la mayoría absoluta obtenida en la asamblea era de esperarse, al tener conocimiento de lo que les venía.
Maduro fue a dar la cara al parlamento el 5 de enero 2016, reconociendo su derrota y a la vez reconociendo una asamblea opositora, pero lo que consigue allí es Ramos Allup, (que por cierto no le tocaba la presidencia del parlamento el primer año, le quitaron a PJ la presidencia, porque en ese momento la posición de PJ era de tratar de llegar a acuerdos con el gobierno para lograr el funcionamiento institucional de la asamblea), nuevamente se impone la tesis inmediatista y Allup le espeta en la cara a Nicolás que en seis meses estaría fuera de Miraflores, y desde allí comienzan nuevamente nuestras tragedia; abandono del cargo, Nicolás colombiano, destitución y 8 años de cárcel dicta el TSJ legítimo, y así de loquera en loquera llegamos al 2018, después de destruir el voto, pasando por las elecciones de gobernaciones, alcaldías, concejos municipales y legislativos, y se le entregan todos estos espacios de poder al madurismo, se abandona nuevamente la ruta electoral por supuestamente ya estar listo el golpe para salir de Maduro apoyado desde los EEUU.
Después de pedir el adelanto de las elecciones presidenciales en el proceso de negociación de Santo Domingo, se logra el acuerdo y el gobierno lo acepta, y comienza la pelea interna por la candidatura, Voluntad Popular no lo acepta por tener a su líder y candidato preso, exigen su liberación para que compita electoralmente, y el gobierno dice no, Capriles también inhabilitado, PJ también se niega, aunque ponen el nombre de Borges, Allup dice ser él, y pide consenso alrededor de su nombre, Falcón pide se cumpla el acuerdo original de primarias, le alegan que no hay tiempo, propone un pull de encuestas, y tampoco lo aceptan, y luego le comunican que se tomó la decisión de no ir a las elecciones presidenciales, que desde el norte aconsejan no ir, con la promesa de que al no asistir a las elecciones facilitaría la salida de Maduro por parte de la comunidad internacional, Falcón decide no hacer caso y lanza su candidatura alegando que la única forma cierta de sacar a Maduro era con votos.
Bueno ya ustedes saben el resto de la historia, seguimos luego de dos años como al principio, de conspiradera en conspiradera, cucutazos van y macutazos vienen, y el país en franco deterioro y sin la posibilidad de llegar a acuerdos ni a lo interno de la oposición ni con el gobierno, lo que algunos han dado en llamar empate catastrófico, y este empate solo se rompe cuando alguno de los dos se imponga por la fuerza.
La otra vía, y la más beneficiosa, es que las partes en conflicto entren en razón y el sentido común truinfe y se dé una negociación que ponga por delante los intereses de todos los venezolanos.
Daniel Santolo      21/05/2020

Una historia de nunca acabar

Venezuela esta hundida en una confrontación política que pareciera no tener fin, desde los años ochenta algunos sectores del país decidier...