jueves, 30 de diciembre de 2021

Mis deseos en política para el 2022

Luego del 21 de noviembre, hasta El Chigüire Bipolar se enserió, y nos sorprendió con un artículo nada cómico, bueno si entendemos por cómico algo que nos de risa, también hay situaciones en la vida que no son un chiste pero dan risa, no voy a decir a cuales me refiero en estos momentos para no herir sentimientos en estos días tan especiales que nos invitan al encuentro y a la hermandad.  

Para el año entrante deseo, para la oposición claro está, no para el gobierno que parece no querer hacerle caso a nadie, que los diferentes sectores de oposición luego de tantos intentos fallidos para derrocar a lo que algunos llaman desde las vísceras “rrrrrégimen”, les dé por trabajar para que  la democracia llegue a los sindicatos, federaciones, gremios, partidos políticos, universidades, y que construyamos desde las bases sociales un gran movimiento democrático que pueda competir electoral y democráticamente con lo que representa lo que algunos llaman el legado de Chávez, eso sí, sin mesías ni jefes odiosos que nos hablan como regañándonos, los que adoptan posturas de superioridad, viéndonos por encima del hombro, trajeados de punta en blanco, convencidos de que si no son ellos los elegidos por la providencia para salvar a Venezuela, no será nadie, y claro está, nosotros los impuros e ignorantes nos merecemos unos 50 años más de este gobierno, por nuestra supina ignorancia y falta de comprensión de sus designios.

Deseo que dejemos el inmediatismo a un lado, que entendamos que para reconstruir al país somos todos necesarios, que nadie sobra, que lo más importantes es llegar a acuerdos mínimos de convivencia que permitan superar las penurias que a todos nos dañan, que un país dividido no prevalecerá, o como dijo nuestro Señor Jesús: “Todo reino dividido contra sí mismo, es desolado; y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no permanecerá.

Deseo que aquellos que quieren que todo cambie  de la noche a la mañana entiendan que eso no se da por arte de magia, y tal vez si eso sucediera, sería peor el  remedio que la enfermedad, como por ejemplo esos golpes de estado de madrugada, que nos han traído hasta aquí.  

Debemos construir un país mejor, pero eso pasa por ser nosotros mejores personas y ciudadanos, que comencemos a respetar las normas así las autoridades llamadas a ello no lo hagan y peor aun sean un mal ejemplo, podemos comenzar, entre otras cosas, por respetar el semáforo, como lo pide a diario el amigo Eduardo Rodríguez Giolitti, sería un gran avance, que nos organicemos para exigir a los gobernantes locales que comiencen a dar respuestas a los problemas que a diario nos agobian, que la solidaridad con  los más necesitados sea una norma en nuestras vidas, que cada quien desde su pequeño espacio ponga lo mejor de sí para superarnos como nación.

Estos son algunos de mis deseos para el año 2022, y para todos los años venideros, ya que esto no es tarea de un año, pero debemos comenzar, para luego es tarde.

Son mis mejores deseos para todas, todes y todos, sin exclusiones.  


Una historia de nunca acabar

Venezuela esta hundida en una confrontación política que pareciera no tener fin, desde los años ochenta algunos sectores del país decidier...