miércoles, 16 de noviembre de 2022

Leyendo las cartas

Les voy a contar lo que me dicen las cartas, ya que mis más de 30 años en política, tanto en la práctica como en la vida en la academia, parece ser que no me ayudan, por lo que puedo ver he estado equivocado por años, solo a mí se me ocurrió creer en la vía democrática y constitucional para salir de esta tragedia, así sea que todos los tratados de politología del mundo me reconozcan que tuve razón, es por ello que recurro a las artes de la clarividencia, y dejando los libros de lado, hago un curso rápido por internet y aprendo a leer las cartas, y allí va lo que ellas me dijeron:

La Plataforma Unitaria  = al G$ ampliado, ampliado porque cuando les interesa ir a elecciones llaman a unos partidos que rondan en su periferia para que los acompañen, eso les da una apariencia de amplitud, se presentan rodeados de un montón de barajitas, pero al final como esos partidos de la periferia no tienen tarjetas, se verán obligados a sumarse a la tarjeta secuestrada y negociada con el gobierno por ese sector opositor, la tarjeta de la MUD, tarjeta que fue la más votada en el país, pero gracias su sectarismo perdió el sitial de honor en las elecciones del 2021.

Las cartas claramente me dicen que luego harán sus primarias, primarias que estarán rodeadas de bombos y platillos, recursos ($$$$) para eso los hay, recuerden los activos secuestrados en el exterior, y si no, no hay problema, la USAID cubrirá los gastos, James Story los tramitará diligentemente, estaremos frente a toda una campaña mediática para convencer a la población de que ellos son los verdaderos opositores.

De esas primarias saldrá un candidato, cualquiera sirve para sus planes, las cartas no me dicen quién será, me imagino que aún no está definido el candidato que será acordado con el gobierno y los jefes del norte para dejarlo competir, recuerden las inhabilitaciones. El candidato “electo”, inmediatamente será ungido como el “Candidato Unitario”, el Cid Campeador para enfrentar a “la dictadura”, me dicen las cartas que lamentablemente ese candidato no irá más allá de los opositores de siempre, no logrará sumar los votos necesarios para derrotar al gobierno, porque esos votos no solo están en la oposición tradicional, ni en los sectores medios de la población, también juega en su contra la diáspora, y me reafirman las cartas que un candidato ganador debería ser capaz de ir más allá de los sectores de oposición, pero eso no lo comprenden, no será un candidato que sume, muy por el contrario frente a algún intento de acercamiento de algún otro sector, inmediatamente será rechazado, ese es parte de la puesta en escena, porque ellos son la oposición “verdadera” y si usted no tiene “certificado de pureza”, no va pal baile, por lo que no aceptaran apoyo de nadie.

El gobierno, que es el más interesado en que se de ese escenario, inmediatamente polarizará con ese candidato, convirtiendo la elección en una más a las que estamos acostumbrados, la épica de buenos contra malos, patriotas contra vende patria, la derecha apátrida contra los salvadores de la patria, pobres contra ricos, y así transcurrirá la campaña para las elecciones presidenciales, nada nuevo.

Las cartas me advierten que surgirán otros candidatos presidenciales, sí, y con todo derecho, muchos no aceptarán el chantaje de la llamada “unidad” de ese sector opositor, y pondrán su nombre en el ruedo, inmediatamente serán tildados de traidores, de tarifados por el gobierno para romper la “verdadera unidad”, esa será parte de la campaña impulsada por los sectores interesados en dividir, el primero de ellos, el gobierno. Vendrán las acusaciones de siempre, de puros contra impuros, las descalificaciones de lado y lado no se harán de esperar, las que ahuyentarán al electorado crítico, nuevamente la elección se debatirá entre las dos primeras minorías electorales, bajo ese cuadro, la minoría más organizada logrará obtener el triunfo.

Para nadie es un secreto que el gobierno viene preparando toda su estructura para ese momento, que es su mejor apuesta, al escenario polarizado en medio de una división opositora, y las cartas me ratifican que ese sector opositor, que viene conversando con el gobierno tras bastidores, está bien adelantada en algunas condiciones electorales. También me dicen las cartas que han logrado convencer a sus mentores del norte, de que ese es el camino para derrotar al régimen, como anteriormente lo convencieron de que la salida era derrocar al régimen mediante la violencia y los golpes de estado.

Las cartas no me vaticinan nada esperanzador, bajo ese cuadro, que es un déjà vu, no hay nada por hacer, solo me asoman las cartas una posibilidad, y esta es, que ese sector mayoritario del país que se encuentra en el medio del conflicto, y que no comulga con los extremos, el que está en la búsqueda de una salida y una propuesta clara para salir de la crisis, decida salir a votar por el mejor candidato, llevando la elección hacia otro rumbo, cambiando de manera radical todo este escenario. Le pregunto a las cartas si eso es posible, y es aquí, en este momento, donde las cartas se niegan a decirme algo más, se dan por vencidas.

Decidirá el pueblo venezolano su destino, como lo han hecho en el resto del continente.

domingo, 2 de octubre de 2022

El carnaval y los procesos electorales

Alguien tal vez podrá preguntarse qué relación puede existir entre estas dos expresiones, y hoy la pregunta es más pertinente debido a las elecciones presidenciales en Brasil. Algunos podrán decir que ciertamente las elecciones se han convertido en un carnaval por cómo es la puesta en escena de los diferentes candidatos, otros podrán afirmar que en los últimos tiempos se han convertido las elecciones en un show mediático, pero no, esta no es la idea de este escrito, la comparación va dirigida hacia el hecho social y lo que éste significa, veamos; el carnaval ha sido a lo largo de la historia un evento en el que todos los sectores sociales comparten unos días en dónde las inhibiciones son puestas a un lado, en esos días de disfrute se exacerban las pasiones, son momentos en los cuales los individuos ven solo oportunidades para el deleite, lo racional es puesto a un lado y las acciones son dirigidas por la emoción del momento.

Brasil que es la meca de los que disfrutan del carnaval nos ayuda a ejemplarizar lo que quiero compartir. Allí se construyó el Sambodromo, donde una vez al año desfilan las mejores escuelas de samba para obtener el premio a la mejor. Es en ese momento donde se alcanza el clímax del carnaval en Río de Janeiro, la gente delira viendo el pasar de las diferentes carrozas, que a lo largo de todo un año han hecho sus mejores esfuerzos para ser la mejor. Al pasar los días y finalizar las fiestas todos los que la han disfrutado vuelven a su vida normal, solo quedan los recuerdos de aquellos días dominados en su mayor parte por la emociones, solo aquellos que participaron con sus escuelas vuelven al trabajo a analizar el porqué del triunfo o del fracaso, buscan en que mejorar,  los coreógrafos y los bailarines hacen todo lo posible para perfeccionar su actuación, y pasan todo un año reclutando a los mejores y preparándose entusiastamente para el próximo carnaval.

Ahora, me preguntarán, ¿y esto qué tiene que ver con las elecciones?, pues mucho es lo que tienen en común, veamos cómo: en los procesos electorales los individuos tienen un momento en el cual las emociones también ocupan un lugar estelar, es el momento de mayor movilización y de la exacerbación de la política, se ponen en escena todas las emociones y las paciones, las diferentes organizaciones políticas desfilan frente a los electores para ofrecerles su oferta electoral, la campaña logra crear esa euforia en grandes sectores sociales, mientras mayor sea la contienda más elevado es el clímax y la efervescencia de la gente, vemos desfilar por todos los medios las diferentes carrosas políticas como si estuviésemos en el Sambodromo. Pero al igual que el carnaval acaba, las elecciones también pasan, y la gente luego de ejercer su derecho político siente que ha cumplido con su deber, perdiendo o ganando, todos vuelven a sus actividades normales, ya pasó la fiesta ahora a la realidad cotidiana, a subsistir, a ocuparse de lo privado, ya en lo público se cumplió, y al igual que los bailarines y los coreógrafos los dirigentes políticos deben dedicarse a la revisión de lo ya vivido, a buscar el porqué de los resultados electorales, sean estos adversos o no, a preparar a sus militantes para fortalecerse y mejorar lo que haya que mejorar para estar listos para la próxima contienda electoral, esta es una de sus funciones principales, así lo debe entender la dirigencia política, esa es una de las enseñanzas que nos dejan los procesos electorales, y esa enseñanza también nos dice que no podemos exigirle a los ciudadanos comunes, al músico, al médico, al obrero, al campesino, al cantautor a la sociedad en general, que vivan en un eterno carnaval.


miércoles, 24 de agosto de 2022

Mi vivencia en el Metro

 

He dejado de escribir por algunas razones que no vienen al caso, pero lo hago hoy para contarles mi experiencia en el Metro de Caracas. Soy de los que tuvo la suerte de ser unos de los primeros usuarios de Metro de Caracas, cuando fue inaugurada la línea 1 vivía en Catia, y me di el lujo de viajar todos los días a mi trabajo en el Metro, de verdad que el subterráneo era otro mundo, y luego que me casé y me fui a vivir a la parroquia Caricuao, también fui de los afortunados que estrenamos la línea 2, me ahorraba horas de sueño.

Ya no tenía que madrugar para montarme en una buseta, temprano en la mañana tomaba el vagón y directo al trabajo, se atravesaba toda la ciudad en muy poco tiempo, daba reposo y descanso, y mayor calidad de vida, sin discusión alguna, el Metro fue para los caraqueños desarrollo y bienestar.

Al pasar de los años, y vuelto a mudar, ya las líneas del metro no me eran útiles para mis rutas diarias, por lo que dejé de usarlo por años, y debido al mal estado del transporte publico superficial, preferí caminar, decidí por salud mental y física no usar el transporte superficial, y también por seguridad, recuerden que hubo un tiempo que robaban a diario dentro de las camionetas, viví dos experiencias muy desagradables, por ello mi decisión fue caminar, y luego uno de mis hijos con el tiempo me heredó una pequeña moto, para mi uso personal, con ella me desplazo a los lugares más lejanos.

Hace aproximadamente dos semanas, ya tenía varios años sin usarlo, me vi en la necesidad de utilizar el Metro, cual sería mi sorpresa, claro que estaba enterado del deterioro que ha sufrido a lo largo delos años, pero lo que viví, no fue solo el deterioro físico de sus instalaciones, lo que más me sorprendió y me impactó, fue la gente, se podía ver en sus rostros, de gente muy humilde, el dolor, la frustración, la desesperanza, trabajadores, gente de pueblo, mujeres con sus hijos tratando de llevarlos al colegio, jóvenes con rostros que no expresaban ninguna alegría, no lo puedo negar pero todos esos sentimientos me invadieron, los sentí como míos, y todo esto en medio de un bullicio de vendedores deambulando de allá para acá tratando de vender cualquier cosa, la economía del rebusque, por cierto en su mayoría jóvenes, muy agresivos entre ellos, en la disputa de los espacios para la venta.

Esa tristeza y desesperanza con la que me encontré en el Metro es mucho peor que su deterioro físico, porque la falta de una escalera mecánica se puede resolver, o la compra de un nuevo vagón, lo que no veo es cómo vamos a superar ese estado de ánimo, la tristeza, la frustración de los miles de venezolanos que pareciera no ver un porvenir mejor, la resignación, la aceptación al estado de cosas, es preocupante.

Ese transporte de nuevo mundo que conocí hace ya bastantes años, dejó de existir, como también dejo de existir, la alegría, acompañada del confort que significaba tomar el Metro.

Caracas necesita repensarse, desde que se inauguró el Metro hasta nuestros días su población se ha triplicado, el mismo ya es insuficiente, y más aún en el estado de abandono en que se encuentra, los caraqueños nos merecemos una mejor calidad de vida, no podemos conformarnos y vivir entre el caos y la basura, debemos convertirnos en constructores de ciudadanía, y eso pasa por la solidaridad y el acompañamiento de nuestros hermanos, todavía siento su dolor, la desesperanza de esos venezolanos que me acompañaron, en mi viaje, y que aún me acompaña.

Devolverles la alegría, la esperanza y el soñar con un país mejor, debe ser nuestro norte.

miércoles, 6 de abril de 2022

¡Partidos políticos!

Describir la grave crisis que atraviesa nuestro país, pareciera un ejercicio innecesario, pero no lo es, lo complejo de la crisis debe ser debatido y comprendido por todos. El devenir de nuestra historia nos muestra que nuestros males no son de estos tiempos, muy por el contrario son de muy vieja data. Vencer una cultura política clientelar que se ha instalado en la psiquis de la mayoría de los venezolanos, no es nada sencillo. Una crisis estructural que atraviesa transversalmente a toda nuestra sociedad, destruyendo la institucionalización, ha generado males sociales de carácter socio-político, como la violencia generalizada, la corrupción a todo nivel, una pobreza estructural, lo que ha originado que varias generaciones de venezolanos fuesen sumidos en la pobreza, impidiendo el desarrollo de más de un tercio de la población, que han sido condenados a vivir en la pobreza.

Frente a esta realidad los partidos siguen siendo las organizaciones político-sociales que corresponden a la mejor forma de integración y representación de la voluntad del electorado en las democracias modernas, pese a todas las críticas y visibles fracasos. Partidos y organizaciones políticas son un imperativo para las democracias. Las democracias necesitan de partidos políticos fuertes, sólidos y programáticos; a partidos fuertes democracias fuertes, a partidos débiles democracias débiles, por lo que no es de extrañarnos la baja calidad de nuestra democracia. Y si, a esta debilidad de los partidos le sumamos la precariedad institucional, la atomización del movimiento sindical, la casi desaparición de los diferentes gremios, y la no aparición de movimientos sociales fuertes, podríamos afirmar que nuestra democracia está en estado crítico, y con muy pocas posibilidades de recuperación, en un corto plazo.

 Los partidos deben cumplir el rol de intermediarios entre la sociedad civil y el Estado, deben estar arraigados en la sociedad, representando los intereses más variados y complejos de sus respectivas sociedades. Procesos y movimientos políticos alternativos a los partidos pueden ser necesarios en ciertos momentos históricos pero, a largo plazo, debilitan los elementos constitutivos de funcionamiento de las democracias modernas. Hemos sido testigos de cómo en Venezuela se ha tratado, por más de veinte años, de sustituir a los partidos políticos por organizaciones que han pretendido suplantar el rol de los partidos políticos, logrando con ello debilitarlos aún más, lo que ha sido contraproducente al esfuerzo de algunos partidos en superar sus debilidades y falencias.

 Un análisis descarnado sobre el actual estado de los partidos políticos plantea complejos interrogantes: ¿qué clase de partidos u organizaciones políticas se necesitan?, ¿cómo establecer niveles de democracia interna y externa desde donde se puedan evaluar a estos referentes políticos?, ¿cómo son vistas estas organizaciones políticas por la sociedad del siglo XXI?, ¿cómo se renuevan los cuadros políticos y las ofertas programáticas que vayan más allá de los hechos de la coyuntura política y electoral?

 En Venezuela, al igual que en otros  países de América Latina, los partidos políticos casi han desaparecido. En ciertos países, se encuentran en un letargo permanente, o se debaten en un mar de corrupción, lo que he dado por llamar la indigencia político-partidista, con una dirigencia política que no ha logrado superar la dependencia del Estado, lo que los ha llevado a ser suplantados por liderazgos personalistas fuertes o caudillismos mesiánicos, lo que para los venezolanos ha sido un continuo en la política, siempre en la búsqueda de un mesías que nos libere de todos nuestros males.

Una historia de nunca acabar

Venezuela esta hundida en una confrontación política que pareciera no tener fin, desde los años ochenta algunos sectores del país decidier...