Muchos son los que escriben, y otros los que arguyen que al
país le hace falta una “oposición seria”, lo primero que deberían decirnos los
que la piden es, ¿qué entienden por oposición seria?, cosa que creo no es nada
sencilla de explicar, y mucho menos en nuestro país en el cual carecemos de un
gobierno serio para hacer un contraste, y es allí donde me atrevo a preguntar ¿qué
esperaría cualquier venezolano de un gobierno serio? Me imagino que no esperaría otra cosa que no
fuera que los diferentes niveles de gobierno hagan que las instituciones
cumplan su rol fundamental en la sociedad, haciendo énfasis en el ordenamiento de las actividades que a
diario todos los ciudadanos debemos enfrentar. Podemos empezar de abajo hacia
arriba, desde las alcaldías, para luego
llegar al gobierno nacional, y el mejor ejemplo para describir esto es la
alcaldía del Municipio Libertador que dirige un psiquiatra, cosa paradójica, ya
que Caracas se ha convertido en una ciudad que nos perturba y enloquece, una
ciudad donde no se respetan las normas, ordenanza ni leyes, en la cual sus
“autoridades” son las primeras en violentar toda normativa jurídica,
convirtiendo a nuestra ciudad en un caos, donde trasladarnos a nuestro trabajo
nos quita horas de vida, ya que no han sido capaces de ordenar el tráfico
vehicular, una ciudad estresante y
violenta donde caminar por sus calles nos genera angustia, que causa repulsión
y temor a la vez, sensación que ciertamente necesita de ayuda de especialistas,
como por ejemplo un psiquiatra.
Qué se le puede pedir a nuestra ciudad, la que dejo de ser
planificada hace muchos años, la que no cuenta ni siquiera para cumplir con las
formas, de una oficina de planificación urbana. Si nuestra ciudad, que es la
capital de la república y sede de todos los poderes públicos se encuentra en
este estado, qué quedará para el resto de las provincias. Ahora, ¿y la seriedad
del gobierno central? Es serio un gobierno que no es capaz de garantizar la paz
social y la vida de sus conciudadanos, que mantiene a una población reclusa a
merced de la buena de Dios, un gobierno que tiene ¡14 años!, si óigase bien,
son 14 años con el mismo discurso revanchista y pendenciero que lo único que ha
logrado es incrementar los índices de violencia, un gobierno que no ha sido
capaz de resolver el problema estructural de la salud pública, que solo el año
pasado entregó a las aseguradoras privadas en pagos de pólizas de HCM, más de 7
mil millones de dólares, lo que ha privatizado de hecho la salud, que ha
entregado a otros países la soberanía alimentaria importando más del 50% de lo que consumimos, un
país que gasta más del doble en armamento militar que en sus universidades, y
no podemos dejar de mencionar el gran daño que le está haciendo a nuestros
niños de los sectores populares el micro tráfico de drogas, con centros
educativos en donde la violencia impide que los maestros impartan clases con
normalidad.
En nuestros liceos son escasos los profesores que se sienten
motivados para dar una educación de calidad, donde el embarazo precoz y la
droga hacen de nuestro futuro, un futuro incierto, esto como consecuencia de
una generación que se está levantando rodeados de una falsa moralidad o peor,
de una doble moral, con un gobierno que pierde el tiempo haciendo apología del
delito, de los golpes de estado, que ensalza la posesión de armamentos en manos
de unos individuos que tienen el aval para amedrentar al resto de los
ciudadanos, doble moral que queda evidenciada al hablar del desarme de la población.
Puede ser que necesitemos una mejor oposición, pero eso
puede esperar, eso no es lo urgente.
Lo que no puede esperar es que el gobierno
asuma los problemas con seriedad, lo que nos hace falta es un gobierno serio,
que entienda que estamos en el siglo XXI, que el tiempo de las montoneras ya
pasó, que hay que enrumbarnos hacia la modernidad, que es necesario el
entendimiento con todos los sectores para que logremos sacar al país del
atolladero en que se encuentra, que eso es lo urgente, que la lucha no es
contra el imperio, el imperio siempre estará allí, la lucha es contra la
violencia que se ha hecho estructural en nuestra sociedad y pone en riesgo al
mismo estado, que debemos ir por el rescate de la institucionalidad, que la
lucha sea contra el desempleo y subempleo, por mejorar la salud y la educación
pública, esto es lo que se espera de un gobierno serio.
Daniel Santolo
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