El término "autoridad" tiene origen romano y era comúnmente concebido como parte de una trilogía que incluía la religión y la tradición. En este primer significado, se considera "que los que están en posición de la autoridad hacen cumplir, confirman o sancionan una línea de acción o de pensamiento" (Sartori, 1989). En el sentido moderno del término, la autoridad se ha definido de varias formas como: Atributo de una persona, cargo u oficio que otorga un derecho a dar órdenes; Es una relación entre los cargos de superior y subordinado; Es una cualidad que hace que una orden se cumpla.
Pareciera que en los actuales momentos el gobierno ha sido incapaz de hacer cumplir su autoridad, veamos ejemplos de ello: Se habló de la ley desarme, y han hecho todo un montaje comunicacional para que la sociedad sienta que están dando los pasos necesarios para cumplir lo ofrecido, pero lamentablemente para un gran número de venezolanos esto ha sido solo eso, una puesta en escena, y así los hechos lo demuestran. Sin querer dar datos estadísticos sobre el número de homicidios que se cometen con armas de fuego, solo uno de ellos ejemplifica esta lamentable realidad; van 56 funcionarios policiales asesinados por armas de fuego en la zona metropolitana en lo que va de año. Esto nos indica que nuestras autoridades no han sido capaces de hacer cumplir esa orden.
Otro ejemplo del que debemos hacer mención es
el de las cárceles, donde el estado con el mayor descaro entregó su autoridad a
los reclusos, nuestras cárceles se convirtieron en guetos de poder dentro del
propio estado. El gobierno escogió la ruta más fácil, abandonó su autoridad
para que los reos se las arreglaran como pudieran, y crearan sus propias normas
de convivencia. De allí nacen estas estructuras perversas que tienen a la
cabeza a los delincuentes más peligrosos y sanguinarios, pues al estado le fue
más cómodo dejar que los reos se organizaran a lo interno, logrando algún grado
de convivencia y de orden, dejando que ellos controlasen le seguridad interna,
las visitas conyugales, la diversión, la alimentación y se dotaran de sus propias sanciones, como
por ejemplo, aquel que le faltara o agrediera a un familiar de algún recluso
era asesinado.
Lo de la cárcel de Sabaneta ejemplifica esto de la manera más dantesca, el recluso que es catalogado como el “pran” Edwin Soto, apodado "El Mocho Edwin", líder de las áreas Penal y de La Máxima, junto a 30 hombres que conforman su "carro", con armas largas, granadas y chalecos antibalas, derribó una pared del área de Procemil para tratar de tomar el control de esa zona. El "pran" de esa área, Ricardo Moreno, produjo un incendio para evitar el ingreso de ese bando y se desató un prolongado intercambio de tiros y bombas. (El Universal: 18/09/2013). Esta acción que envidiaría cualquier productor de cine de Hollywood, dejo 16 reclusos asesinados, sumándose a los 289 reos que han perdido la vida en los primeros seis meses del año, esto de acuerdo a las cifras del Observatorio Venezolano de Prisiones.
Con estos sucesos los venezolanos nos preguntamos, qué espera el gobierno para ejercer el mandato que le confiere la constitución y hacer cumplir sus órdenes aplicando su autoridad en estas dos materias tan delicadas. La autoridad del propio estado se pone en entredicho, y recordando el concepto básico de estado: Como el conjunto de instituciones que poseen la autoridad y potestad para establecer las normas que regulan una sociedad, teniendo soberanía interna y externa sobre un territorio determinado. Será que estamos en presencia de la disolución del estado por la incapacidad de aquellos que en la actualidad ocupan las instituciones que están llamadas a poner un alto en esta matanza, haciendo valer y cumplir sus órdenes. El problema no es Siria, Libia o el Imperio, el problema que urge es atender el de la violencia en nuestras calles.
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