sábado, 12 de octubre de 2013

No mejora el enfermo


Este refrán le va muy bien al gobierno, y es que la cara de Maduro en la Asamblea Nacional al presentar la solicitud de la Ley Habilitante fue todo un poema. De acuerdo estoy con muchos de los diagnósticos de nuestros problemas que allí se plantearon, sobre todo cuando realiza el análisis del porqué la Venezuela rentista, que ha vivido por más de un siglo de la renta petrolera, no logra dar pie con bola. 
Para nadie es un secreto que el campo fue abandonado, y una gran mayoría de empresarios descubrieron que era mucho más fácil importar que producir, viendo como sus ganancias se multiplicaban de una manera grosera sin el menor esfuerzo, lo que ha traído como resultado  que nuestro país no haya sido capaz, luego de más de cien años de la industrialización en el mundo, de tener un parque industrial aceptable. Este ha sido uno de nuestros más graves males, ya que este arrastra tras de sí otros que son de tipo social y cultural, que nos han colocado a la cola en el desarrollo de nuestros hermanos del continente. Uno, y creo que el más grave de ellos, es creernos que somos un país rico, que el estado debe mantenernos por esa razón, voy más allá y me atrevo  afirmar que somos el único país del continente donde es posible vivir sin trabajar, ya que el estado está obligado, y así lo ha internalizado un gran número de venezolanos, a darnos nuestra parte del petróleo. 

Esa relación de dependencia de los ciudadanos con el gobierno de turno ha sido nuestro peor mal, un país que recibe más de la mitad de sus ingresos, los cuales son producidos por menos de cien mil trabajadores, nos dice que algo anda mal. Y a esto le sumamos que los venezolanos, al contrario de la creencia, no somos dueños del petróleo, lamentablemente el dueño del petróleo es el gobierno de turno, que tiene todo el poder de hacer con el ingreso que de él se obtiene, lo que mejor le parezca, el  cómo repartirlo y utilizarlo queda a la discrecionalidad de unos pocos. 


Esta relación petróleo-sociedad ha creado una fórmula perversa de dependencia y sumisión de vastos sectores de nuestra población, y no solo de los sectores empobrecidos y marginados, también de una cantidad de seudo empresarios que se han situado estratégicamente alrededor del gobierno para timarnos,  es esa la nueva boliburguesía, que no es tan nueva por cierto,  que logró, como lo denunció en su memento la expresidente del Banco Central Edmée Betancourt, "que la Comisión de Administración de Divisas (CADIVI) le otorgara el año pasado más de 20.000 millones de dólares a empresas fantasmas o de maletín", por lo que fue destituida del cargo, o por lo menos es lo que parece. 


Por ello es que afirmo que el enfermo no mejora; Nicolás, el problema no somos los venezolanos que tenemos todo el derecho, (que no creo seamos muchos),  de salir del país a conocer otras latitudes, el monto en divisas que han sido asignados para viajes al exterior en ese rubro debe ser ínfimo comparado con la denuncia hecha por la ingeniero Edmée Betancourt. Los que están saqueando al país no están en el aeropuerto Simón Bolívar de Maiquetía, las capta huellas las debes poner un poco más cerca de Miraflores, allí es donde encontrarás el verdadero cadivismo. 

2 comentarios:

  1. Saludos Daniel. Te recomiendo leas el libro de Pedro Luis Rodriguez, EL PETROLEO COMO INSTRUMENTO DE PROGRESO. Aqui el autor rompe con el paradigma del clientelismo y plantea una nueva relacion Estado-Ciudadania. Altamente recomendable!

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    1. Si ese Pedro Luis es de Aragua, he hablado con él muchas veces, no sabía que tenía un libro, ya voy a tratar de conseguirlo, gracias

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