Conversando con un
buen amigo, el gran Alfredo Padilla, que por cierto, él mismo se califica de
experto en derrotas políticas, argumentando que viene militando en ellas desde
antes del 58, cosas de principios. En nuestra conversación, que no puede ser de
otra cosa que de la situación política actual, y especialmente lo ocurrido
desde febrero de este año, surge la frase; “en política los errores se pagan”, me
dice, acompañada de la afirmación de que pareciera que nuestra dirigencia
política es reacia a no pagar, pues se han convertidos en unos maulas
practicantes y confesos.
No ha habido en estos largos 15 años, ninguno que haya
asumido por lo menos uno de los tantos errores y desaciertos políticos que nos
han conducido a la incertidumbre política en donde nos encontramos hoy. Algunos
me espetarán a la cara el por qué no hablo de los errores del gobierno, les
digo que yo no tengo vela en ese entierro, ellos son lo suficientemente capaces
de errar sin el menor desparpajo. Pero mi intención ha sido colaborar en algo
para salir de este desastre en el cual nos encontramos, y estando seguro que el
camino que me toca transitar es del lado de la oposición, es el porqué de ella
hablo. Pero ojo, no de cualquier oposición, no de esa oposición irresponsable y
cara dura que se equivoca y luego aparece echándole la culpa a los otros, para
luego salir con su cara muy lavada a inventar cualquier otra cosa alocada con
el solo fin de tapar su último error, haciendo como los gatos, echándole
tierrita a la gran “torta” que pusieron. No sería tan grave si esos errores se
los terminaran cobrando a quienes los originaron, el problema es que todos
terminamos metidos en el mismo saco y cargando la misma cruz.
La última gran
irresponsabilidad de un sector de oposición fue la llamada “SALIDA”, lo que
tuvo al país por más de tres meses en zozobra, especialmente a los sectores de
oposición, que fueron los que sufrieron los desatinos de esta mal llamada
movilizaciones “pacíficas” de calle. Como era de esperarse, en una batalla
desigual, por un lado toda la fuerza armada, en contra de muchachos apoyados
por ciudadanos en su mayoría de clase media, no podía suceder otra cosa, que
una derrota contundente, dejando en el camino la sangre de venezolanos que perdieron
la vida por esta gran irresponsabilidad.
Muchos eran los que la aupaban por las
redes sociales, pero nunca pusieron el pecho para detener las balas. Ahora este
sector se presenta nuevamente con posturas desafiantes y de superioridad, queriendo
imponer a los sectores democráticos la línea a seguir. Plantean una gran “asamblea
de ciudadanos” para refundar la república, y a su vez una asamblea
constituyente, como si eso ya no lo hubiésemos sufrido, y les recuerdo que allí
también salimos derrotados. A veces pienso que es toda una cortina de humo para
no pagar los errores cometidos, y no darles la cara a los venezolanos que aún
lloran a sus deudos. Una política errada, que en busca de atajos conducen a los
sectores de oposición a mayores frustraciones y desesperanzas. ¿Cuándo será que
asuman sus errores?