Los sectores
de oposición en vez de estarse quejando deberían estar festejando. El gobierno
reconoce que no tendrá la mayoría de votos en las elecciones parlamentarias, y
esto queda al descubierto cuando se le solicita, por parte del sector
gubernamental de la Asamblea Nacional, al CNE, la no convocatoria a elecciones
universales, directas y secretas del Parlatino. Este acto, que pasará a la historia como un
retroceso democrático, es obligado por el simple hecho de que quienes nos
desgobiernan no quieren correr el riesgo de que el CNE,
el día de las elecciones, muy tarde en la noche, dé los resultados del Parlatino,
cifras que indican el total nacional de votos obtenidos por todas las fuerzas
políticas, y allí quedaría en evidencia, que los que nos desgobiernan han
perdido el voto mayoritario de la población.
Es un hecho
cierto y constatable que el gobierno viene haciendo piruetas para poder llegar
al día de las elecciones con algo de credibilidad, la campaña contra el decreto
infame de Obama no fue suficiente para recuperar el caudal de votos perdidos, y esto debido a la mala
gestión gubernamental, y también gracias a un modelo económico que no da
pie con bola. Quienes planifican la contienda electoral desde Miraflores no quieren
correr riesgos, sería muy evidente aparecer frente al mundo con una derrota
contundente, y la única forma de disimularla es argumentando que son unas
elecciones de carácter regional, que el número de votos totales nacionales no
son relevantes. El único objetivo que persiguen y al que apuestan los sectores
gubernamentales, es a mantener la mayoría parlamentaria, que la harían ver como
un triunfo, el cual venderían al mundo y a sus seguidores.
Esto ciertamente
es posible, debido a que el sistema electoral venezolano es de carácter mayoritario,
lo que nos lleva a elegir algunos diputados con muy pocos votos y otros
necesitan diez veces más votos para ser electos. Nuestro sistema electoral, que fue modificado
gracias al abandono de la asamblea nacional por parte de algunos sectores de
oposición en el 2005, deja en manos de la primera minoría la mayoría
parlamentaria.
Otro hecho
que demuestra su temor a perder los espacios políticos, es el acomodo de las
circunscripciones electorales, haciendo maromas a ver cómo pueden sumar unos
pocos votos más para garantizar el triunfo en algunas regiones. Este hecho en
vez de ser aprovechado por los sectores de oposición, ha sido satanizado,
cuando la respuesta que debió darse al momento fue de que no importaba como
dibujaran los circuitos, la derrota será la misma, o más contundente.
Por ejemplo
en el Distrito Metropolitano hay toda una alharaca por parte de los sectores de
oposición debido a que se le resta un diputado, y este a su vez se le suma
a un estado chavista, esto gracias a los nuevos números del INE. De ser cierto
esto, me lleva a pensar que quienes hacen política en estados como Aragua, Guárico
o nueva Esparta, que aumentan el número de representantes al parlamento, no han
sido capaces de conquistar ese electorado, dándose de una vez como derrotados,
cuando el discurso debió ser todo lo contrario, había que gritar a todo pulmón,
que no importaba que modificaran, remendaran, manipularan o como dice el CNE,
se diera una nueva reingeniería electoral, ya que pusieran como pusieran las circunscripciones,
este pueblo está hastiado y saldrá a darle una paliza a quienes los tienen
pasando trabajo, de cola en cola, sumidos en la más alta escases e inseguridad que
hayamos vivido.
No sigamos
espantando los votos. Se escuchan algunas opiniones de personeros de la
política, y su discurso nos indica que pareciera que quieren seguir siendo oposición, un discurso
derrotista, que le vende al electorado que no hay nada que hacer, que el gobierno
las tiene todas para ganar, discurso que lleva a la desilusión, lo que provocaría
una mayor abstención en los sectores que adversan al gobierno.
Llego el momento
de poner en la calle una propuesta seria de país, el revanchismo y el pase de
factura no llevan a nada, hay que unir y sumar si se quiere en realidad dar un
vuelco a los que estamos padeciendo. Soy uno más de los que sigue a la espera de una propuesta de país
que enamore a las grandes mayorías, en este sentido se siente un silencio en quienes pretenden
derrotar a quienes detentan el poder, de no lograr una conexión con las grandes
masas de venezolanos descontentos estamos condenados a seguir en manos de unos
individuos que se creen dueños de la verdad, y esa verdad cada día hace más
daño, una sociedad sumida en la violencia y en la anomia, una sociedad que de
seguir así no presagia nada bueno. Démonos
un chance.