Los
trabajadores son los más perjudicados del fracaso de las políticas económicas
del gobierno que encabeza el presidente Nicolás Maduro. Esto se evidencia en la precariedad del
salario que en la actualidad devengan los trabajadores venezolanos, solo este
año la inflación anualizada amenaza con alcanzar la cifra récor de más de 700
%, mientras el salario mínimo solo ha sido ajustado en un aproximado de 90% en
lo que va de año, haciendo inalcanzable para el trabajador adquirir por lo
menos la canasta alimentaria, que de acuerdo a los estudios hechos por el
CENDAS durante el mes de junio de 2016 se elevó a 277.432,88 bolívares, lo
que obliga a un grupo familiar a por lo menos tener 10 salarios mínimos.
Esto se
agrava debido a lo bonificación del salario, donde el trabajador percibe más
del 60% de sus ingresos en el bono de alimentación, mejor conocido como cesta ticket,
lo que ha venido burlando el ingreso real de los trabajadores, ya que esto
repercute directamente en el bono vacacional, horas extras, horas nocturnas,
aguinaldos y utilidades, y lo más grave es que ha acabado con sus prestaciones
sociales, las que se calculan excluyendo el monto del ticket de alimentación,
lo que las disminuye en más de un 66%, agravando el ya deteriorado monto de las
mismas, esto debido a la inflación, unas prestaciones sociales que lo único
para lo que alcanzan es para hacer un pobre mercado. Aquellos que otrora hacían
voces denunciando un supuesto robo de las prestaciones sociales, se han
encargado de destruirlas, quedando como un accesorio del salario.
La pugna
irracional con los sectores productivos del país, la eliminación del diálogo
empresarios-trabajadores, y la intromisión partidista del Ministerio del
Trabajo ha sido la fórmula perfecta para destruir los ingresos de los
trabajadores, una política que lo que ha generado es mayor pobreza y la perdida
de un gran número de empleos productivos, acrecentando la carga burocrática del
Estado en más de un 300% .
A toda esta
desgracia hay que sumarle la situación de grave que atraviesan los pensionados
y jubilados, que han sido marginados de una manera cruel por aquellos que se
llenan la boca diciendo que han incluido a un gran número de venezolanos al
cobro de sus pensiones, que por cierto es su obligación, pero los han
marginados negándoles el bono de alimentación, lo que les deja en mayor
minusvalía frente al universo de trabajadores, ya que lo que reciben es un tercio
del ingreso total mensual decretado por el gobierno.
Ya el
Congreso aprobó la ley de Cesta Ticket para los pensionados y jubilados, que
esperan estos pseudo revolucionarios para hacer justicia con estos venezolanos
que han entrado en el umbral de la miseria. El gobierno nacional debe incorporar de inmediato al cobro de esta bonificación a nuestros viejitos, ya
que no hay excusas para no hacerlo, mientras se derrochan nuestros dineros en
viajes y cumbres improductivas nuestros ancianos mueren de mengua.