Salario deriva
del latín salarium, que significa “pago de sal” o “por
sal”. El término proviene del antiguo Imperio romano, donde muchas veces
se hacían pagos a los soldados con sal, la cual valía su peso
en oro, dado que la sal en la antigüedad era una de las pocas maneras que
se tenía de conservar la carne, es decir, poniéndola en salazón. Que por cierto
en salazón están los trabajadores venezolanos.
En la actualidad, como nunca, la raíz etimológica
del término, no había sido tan adecuada a lo que estamos percibiendo como
remuneración por nuestro trabajo, es que ciertamente lo único barato que se
consigue en los supermercados y en grandes cantidades es la SAL, por cierto, en
diferentes y variadas presentaciones, y por lo mismo ni para los bachaqueros ha sido negocio.
El gobierno en su afán de poner a la par el SAL-ario
con la inflación, decretando un sin número de aumentos salariales inconsultos y
sin participación de los trabajadores y empresarios, como debería ser en un
país democrático, lo que ha logrado es destruirlo. Por más aumentos que se
otorguen a los trabajadores, si ellos no van acompañados de una política de
control y disminución de la inflación, será imposible que el SAL-alrio alcance
para, por lo menos, adquirir la cesta básica alimenticia.
El gobierno que está siendo asesorado en materia
económica por un ciudadano de nacionalidad española, y conste no tengo ninguna animadversión
con nuestros antepasados conquistadores; individuo que pareciera se ha instalado
en nuestro país para experimentar una serie de “medidas económicas”, que en
España a nadie se le ocurriría plantear. Recordemos que la inflación en España
por más de 10 años no ha pasado de un digito, lo que ha logrado mantener el
poder adquisitivo de los españoles, a pesar de la crisis económica que les tocó
atravesar en estos últimos años. Pero, me imagino, que no teniendo público en
España para sus teorías económicas, este españolete, sin querer ser despectivo,
lo digo con cariño, ha venido a poner en práctica su experimento en nuestra
tierra, y pareciera que los economistas del gobierno, que deben haber, (es contigo
José Luis), han aceptado sin chistar todas las barbaridades que se les ha
ocurrido a este genio de la economía socialista.
Mientras experimentan con nuestra economía, experimento
que lleva más de 15 años, los trabajadores formales han venido perdiendo su SAL-ario
a “paso de vencedores”. Los trabajadores no saben qué hacer frente a esta “política
económica”, algunos protestan y critican argumentando que los aumentos
inconsultos del salario minino, (bien mínimo por cierto) generaran de forma inmediata
el aumento de todos los productos de la cesta básica, otros lo justifican por cuestiones
ideológicas, por aquello de la “guerra económica”, guerra que por cierto han perdido de calle.
Colocando la guinda que le faltaba
a
la torta económica, el presidente obrero anuncia a toda voz que con la
constituyente implementarán un “control férreo” a los precios de los productos,
será que se le olvida al presi, que entre controles hemos andados desde el
inicio de su mandato, y lo único que se ha logrado con ello, es la desaparición
de la gran mayoría de los productos básicos, que con solo asomarse al balcón del
pueblo puede constatarlo, allí mismo está muy cerca una cola por el pan que lo
que da es miedo.
Pero lo que si es cierto, es que no hay aumento
salarial que alcance a la inflación en esa carrera de nunca acabar, cosa que se
ha demostrado a lo largo de la historia económica; y por
último a mis amigos del gobierno les pido que despidan al españolete y hablen
con Rafael Correa, ahora que no tiene chamba fija, para que lo traigan al país
y nos eche una mano en lo económico, ya que bajo su mandato en la hermana
república del Ecuador, la inflación en ese país nunca superó el 5%, tal vez y
hasta no nos cobre, por eso que algunos llaman agradecimiento.