Si la rochela estuviese al aire todos los lunes como era costumbre, no se daría abasto para la cantidad de sketch que tendrían que producir, una hora semanal no bastaría para parodiar los tantos casos trágicos cómicos que a diario tenemos que ver, no salimos de un show. No hay tiempo para reírse o comprende el último, pasamos como si nada al siguiente, y lo peor es que los olvidamos tan rápido como el mismo tiempo que toma aparecer el próximo.
Una de las pocas redes sociales que utilizo es el tuiter,
por la que trato de enterarme por donde van las tendencias informativas y de
las preferencias de aquellos que hacen vida en “tuiterzuela”, es donde más se ve
este fenómeno, escándalos van y escándalos vienen, eso sí, desaparecen a veces
de la noche a la mañana, ya no me asombra nada, hay reacciones frente a hechos
que en momentos normales no serían más que una noticia cotidiana, y se tratan
de magnificar de tal forma que de ella se esperan milagros.
Se sigue en la espera de la salida rápida, de aquel salvador
de la patria que llegará montado a caballo para rescatarnos, pero a pocos se le
ocurre que esa esperanza solo quedará en eso, o peor aún, en desengaño, la
verdad es que tendremos que bregar por mucho tiempo para recobrar un país que prácticamente
está en ruina, vivimos una economía de guerra sin haber pasado por una, y no
porque algunos no la buscaran, pedidos de invasiones “humanitarias”, golpes de
estado, incursiones con peñeros y la generación de un gran número de acciones
que buscaron el enfrentamiento entre hermanos venezolanos, tratando de generar una
situación de desestabilización tal que hubiese puesto al país en una
ingobernabilidad en donde cualquier cosa hubiese podido suceder, pero como
siempre este noble pueblo lo evitó, no cayó en la provocación. Recuerdo
claramente como el 30/04/2019 frente los hechos del distribuidor Altamira, la
respuesta de los que estaban en las calles manifestando fue retirarse y dejar
solos a los que propiciaron esa acción, tal fue la reacción frente a ese hecho
que al día siguiente la marcha que fue convocada para la celebración del primero
de mayo, no se llegó realizar, la desconexión con la gente que quiere un cambio
quedó nuevamente demostrada, y el talante democrático del venezolano fue
reafirmado.
A pesar de más de veinte años de querer acabar con ese
sentimiento democrático que se ha internalizado en el pueblo venezolano, una
democracia llena de errores sí, pero los venezolanos preferimos vivir en ella, a
pesar de quienes quieren acabar con la posibilidad de avanzar, con un discurso
de exclusión y confrontación, son responsables de todos nuestros males, basta
ver como algunos se disfrazan de demócratas pero sus actos los delatan, se
llenan la boca hablando de democracia y acusando de dictadores a otros, pero andan por el mundo reuniéndose que
seres impresentables, muy alejados de los preceptos democráticos que muchos
aspiramos.
Debemos comenzar a construir la Venezuela posible,
inclusiva, solidaria, y dejar de utilizar las redes para destruir cualquier
iniciativa o acuerdo que se dirija a conseguir mejoras para las grandes
mayorías despauperizadas, en parte por culpa de la peor política económica que
hemos atravesado, y por el hecho cierto de la confrontación, o preferimos seguir con el “cómo vaya viniendo vamos viendo” del
personaje novelesco Eudomar Santos.