Querido niño, aunque me han dicho que no existes, que son mis padres quienes traen los regalos, yo me niego a creerles, estoy seguro que eres tú, por lo que te envío esta carta para que me traigas, no a mí, sino a todos los que creemos en ti:
Necesitamos un
país unido, con intereses comunes, más solidario, que luchemos todos juntos
para vencer el flagelo de la pobreza, que nuestros hospitales puedan brindar salud,
que nuestro sistema educativo, eduque para el bien común, que entendamos que un
pueblo dividido no prevalecerá, por cierto son tus palabras, que nuestros
gobernantes dejen el conflicto a un lado y se dediquen a resolver los problemas
de las grandes mayorías, que entiendan que el trabajo trae riqueza, y que la
riqueza es necesaria para que haya bienestar.
Sería bueno que
nos trajeras también un poco de comprensión, que entendamos que no somos
iguales, que todos somos diferentes, pero iguales a los ojos del Padre, y es
por ello que debemos ser tolerantes con los demás, que nada ganamos con
enfrentamiento y odios entre hermanos, que los rojos, ni los azules, ni los
blancos, verdes, amarillos y negros, no somos enemigos, que la única forma que
tenemos de dirimir nuestras diferencias es por medio del diálogo, la
conversación el acuerdo, y cuando llegue la hora de decidir por medio del voto
seamos capaces de elegir al mejor, que votemos no por odio, ni en contra de,
que votemos a favor de un proyecto de país que nos incluya a todos, sobre todo
a los más necesitados.
Sé Niño Dios
que no es sencillo todo lo que te pido, pero no puedo dejar de hacerlo, ya que
siento que nuestro país se extravió y no nos dimos cuenta, ni cuándo ni por
qué, despertamos un día odiando al vecino, a un familiar, se separaron familias
por colores políticos, madres despreciaron a sus hijos, hijos despreciaron a
sus padres, cualquiera pudiera decir que es fin de mundo, pero como yo no creo
en el fin del mundo, solo espero que nos llenes de unidad y fraternidad, que
podamos entender que para superar esta tragedia debemos caminar juntos y por
mucho tiempo, no bastará el 2024 para superar todos nuestros pesares, pero debe
ser el comienzo para ponernos de acuerdo en una ruta común que logre sacar al
país de este foso, también sé que me dirás que el Padre nos dotó de casi todo,
recursos naturales, un país lleno de gente hermosa, inteligente y trabajadora,
qué más podemos pedir, eso es cierto, el problema parece residir en nosotros,
es por ello que pido en esta corta carta que nos des el entendimiento y la
sabiduría necesaria para enrumbarnos como nación.
También te pido
que bendigas a muestra nación y a cada uno de los venezolanos, se encuentren
donde se encuentren, porque estoy seguro que pronto nos reencontraremos,
perdona la ortografía, estoy aprendiendo a escribir.