martes, 24 de abril de 2012
sábado, 21 de abril de 2012
Monumento al fracaso
En los primeros 40 años de
la democracia venezolana todo presidente dejó alguna obra emblemática para ser
recordado, entre ellas tenemos: Parque Central, el teatro Teresa Carreño, las
Empresas Básicas de Guayana, el Metro de Caracas, el Poliedro, entre otras
tantas, era como una norma no escrita, a
la cual no se le dio la importancia merecida, lo asumíamos como algo normal. Para
mi entender fue una conducta heredada de la dictadura precedente, la que tuvo,
como bondad, la realización de obras de gran envergadura que eran fiscalizadas
por el propio dictador. Con dolor debemos afirmar que éste gobierno, que se
hace llamar revolucionario, a dado al traste con este principio, y peor aún, ha
sido un factor de destrucción de lo que antes nos sentíamos orgullosos.
En caracas hay una
estructura que se ve desde casi cualquier punto de la ciudad, que podemos
afirmar, es el símbolo que mejor representa las obras de la revolución, la
torre CONFINANZAS, que debido a la crisis bancaria de 1994 su construcción se
paralizó y fue intervenida por parte del Estado, resultando que el conjunto
financiero fuera cedido a FOGADE, el cual en más de 15 años no ha sido capaz de
darle funcionalidad a una estructura de tamaña envergadura. En la actualidad sus
45 pisos se encuentran ocupados por damnificados, lo que se ha convertido en el
barrio más alto del mundo, donde impera la ley del más fuerte, en donde el
Estado ha sido relevado por la delincuencia y los grupos armados que mantienen
a los venezolanos que allí residen, y a los que no, en una permanente zozobra,
y sin autoridad alguna, esperando que un gobierno que dice dignificar a los
pobres haga valer su autoridad, y cumpla con sus obligaciones, entre ellas,
otorgarles una vivienda digna y devolverle a los habitantes de la zona la
tranquilad, ya que para nadie es un secreto los hechos delincuenciales que
desde allí se cometen, dándose el caso, que la única actuación policial que se
ha desarrollado en esta torre fue debido al secuestro del funcionario diplomático
costarricense, de lo contrario las autoridades correspondientes se hubiesen
seguido haciendo la vista gorda, ante este monumento al fracaso de un
gobierno que no ha sido capaz de garantizar la seguridad de sus ciudadanos.
El daño estructural que se
le ha hecho al país en los últimos años tiene responsables, el presidente y
quienes lo han acompañado, por ello hay que entender, que la única forma de
comenzar a recobrar la institucionalización y la paz, es desalojándolos del
poder, y llevar a una nueva generación de venezolanos que conduzca los destinos
del país, hay un camino, y el camino es el progreso, frente al atraso que
representa éste régimen.
martes, 3 de abril de 2012
Tres períodos parlamentarios no han sido suficientes
Tres períodos parlamentarios no han sido suficientes, la
Asamblea Constituyente de 1999, les dejó la tarea a los parlamentarios para que
aprobaran a través de la Reforma de la LOT un nuevo régimen de
prestaciones sociales reconocido en el Art. 92 de esta Constitución, “el cual
integrará el pago de este derecho de forma proporcional al tiempo de servicio y
calculado de conformidad con el último salario devengado”, más claro no canta
un gallo. Lo grave de esto, es que luego de 12 años no se haya cumplido con
ello, es una irresponsabilidad de los que han tenido mayoría en la asamblea
nacional, y se han hecho los locos. La deuda laboral heredada por este gobierno
es incalculable, pero también es fácil calcular la deuda que ha adquirido este
gobierno socialista con los trabajadores desde 1998 hasta hoy, es muy sencillo,
ya que un gobierno que habla de un robo de las prestaciones sociales en el
pasado, no ha sido capaz de pagar a la gran mayoría de los trabajadores que
prestan servicio al estado venezolano, no sólo el bono de transferencia por el
cambio del régimen prestacional, pero peor aún, no ha depositado en las cuentas
individuales de los trabajadores, como ordena la ley, las prestaciones causadas
desde 1999, es decir, se ha apropiado de los ahorros de los trabajadores, del
esfuerzo de su trabajo.
Cobrar lo
correspondiente a las prestaciones sociales en la administración pública es una
lotería, trabajadores que son jubilados o pensionados tienen un promedio de 12
años para obtener lo que por derecho les corresponde, llegándose el caso que
muchos mueren antes de cobrarlas, y esto debido a la irresponsabilidad del
gobierno por no implementar un mecanismo con el cual se mantenga al día con el
depósito de lo correspondiente a los pasivos laborales y a sus intereses, lo
que ha generado una gran deuda para este sector de trabajadores, cosa que por
cierto no pasa en la empresa privada, que si fue obligada a cumplir con la ley.
Es por esto que aquellos
que por doce años se han rasgado las vestiduras, vociferando a todos los
vientos que los trabajadores fueron estafados con el cambio del régimen de
prestaciones sociales, tienen razón, ya que el mayor estafador ha sido el
actual gobierno, que extrañamente en estos momentos, nuevamente toma la bandera
en la lucha y la defensa de los trabajadores, unos trabajadores que han sido
embaucados por más de una vez por este régimen, recordemos los ofrecimientos
que nos hicieron cuando se pretendió reformar la constitución, “reducción de la
jornada laboral, aumentos de salarios, bonificaciones”, y pare usted de contar.
¿Por qué ahora se viene con la misma cantaleta?, y por el mismo cantante, ¿será
para buscar votos? La asamblea realizando un acto de irresponsabilidad
parlamentaria deja en manos del presidente de la república la elaboración y
promulgación de una nueva LOT, que por cierto hay que remarcar, no es el
mandato de la Asamblea Constituyente de 1999, que ordenó una reforma puntual en
el tema de la retroactividad de las prestaciones.
Claro esta que
los trabajadores venezolanos se merecen una nueva ley del trabajo, moderna que mejore
las condiciones de trabajo y supere a la actual en beneficios, siempre
respetando las conquistas históricas de los trabajadores, lamentablemente ese
no es el panorama que se avecina, ya que la pretensión de los que ahora van
modificar la ley, no es otra que la de implementar un régimen de nuevas
relaciones de trabajo de tipo “socialista”, donde estamos seguros que el 1ro de
mayo, cuando sea promulgada la nueva ley, nos anunciaran las cosas buenas y
deseadas por los trabajadores, pero cuando vayamos al fondo nos daremos cuenta
del asalto de que seremos al perder, entre otras, la libertad sindical.
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