Uno
no deja de sorprenderse con las cosas que están sucediendo en la clase obrera, “ahora
socialista”. Puedo decir que gran parte de mi vida la transité en el mundo
sindical, actividad que me trae buenos recuerdos. Tiempos aquellos de luchar para
conquistar un sindicato y ponerlo al servicio de los trabajadores y de sus
reivindicaciones, siendo ese el norte de nuestra actuación frente al movimiento
sindical. En uno de esos episodios me tocó presidir la comisión electoral
nacional de la CTV en el año 2001, cuando se convocó por primera vez en su
historia una elección por la base para elegir su directiva, en donde
participaron casi un millón de trabajadores afiliados a esta central, para ese tiempo
era la central obrera más grande del país, allí, como corriente sindical nos
tocó enfrentar, desde el Nuevo Sindicalismo, la plancha que encabezaba el sindicalista petrolero
Carlos Ortega, hoy injustamente en el exilio, en ese momento Carlos, era
presidente de FEDEPETROL y logra en el proceso electoral conquistar la
presidencia de la CTV, gracias en parte, a su desempeño en la lucha sindical en
la defensa de los trabajadores de la industria petrolera.
Que
se iba a imaginar para ese entonces la dirigencia sindical progresista y
clasista que al impulsar esa
reivindicación democrática, la elección directa por la base de la central
sindical más representativa del país, que la federación petrolera, una de las
de mayor importancia, iba a caer en manos de la nueva “clase obrera socialista”.
Resulta
ser que la actual federación petrolera, se ha convertido en todo lo que en
otrora lucho el movimiento sindical para erradicar de sus bases los males que
le aquejaban. Uno de estos males más criticados, fue la venta de los puestos de
trabajo por parte de dirigentes sindicales inescrupulosos, pero resulta ser que ahora no hay ingreso
posible en la industria petrolera si no cuenta con el aval de la nueva “dirigencia
obrerista socialista”, lo mismo pero de otro color.
Nuevas
prácticas antisindicales vuelven a la industria petrolera de manos de su
federación conjuntamente con la empresa PDVSA, una de ellas, el despojo a los
sindicatos de base de las cotizaciones sindicales que le son descontadas a los
trabajadores que no están con el ”proceso”,
siendo entregadas directamente a la
federación de forma ilegal, también los permisos sindicales que les
corresponden por contratación colectiva a los sindicatos de base son utilizados
por la federación sin ni siquiera notificarlo al respectivo sindicato, con solo
llamar a la gerencia de Recurso Humanos de PDVSA obtienen los permisos; como
ejemplo tenemos los últimos permisos de que disfrutan “trabajadores” que andan
en campaña electoral a favor del gobierno, muchos de ellos aparecen en nómina pero nunca han trabajado en la empresa,
gracias a su afinidad política con quienes manejan la federación, cobrando
guardias completas, bonificación por asistencias, horas nocturnas, y todos los
beneficios que les corresponden a los que si trabajan.
Pero
todo este desparpajo no ha sido suficiente, parte de la nueva directiva de la
federación, haciendo gala de su fidelidad al régimen han conseguido ser también
miembros Directores Externos de PDVSA, Presidente de filiales, utilizando a su
antojo los aviones de la empresa, aquello de las colitas se quedaron cortos,
tienen asignadas habitaciones en el hotel más caro de Caracas, el Meliá
Caracas, allí se les puede ver degustando de ciertas bebidas espirituosas, que
por cierto ningún obrero gana lo suficiente en un mes para darse ese plácet,
escoltas y carros asignados por la empresa, son parte de su repertorio.
Por
si esto fuera poco, dicen que uno de los directivos se tomó el penthouse del
edificio de la federación para su uso personal, nadie más tiene derecho a
entrar allí, y si algún dirigente sindical se le ocurre reclamar por estos desvaríos,
les dice que si no se comportan les manda a “poner los ganchos con el SEBIN”, o
los bota; y esto no es mentira ya hay varios dirigentes despedidos de la
industria, con expedientes judiciales abiertos por oponerse a estos seudo
dirigentes sindicales.
A
todo esto debemos sumarle el deterioro de la empresa, la destrucción del
salario de los trabajadores de la industria, que en su mayoría ganan salario
mínimo, estamos hablando de trabajadores especializados; perdieron el
economato, las evaluaciones por rendimiento, no discuten la contratación
colectiva, siguen las empresas utilizando trabajadores tercertizados, y la
guinda que le faltaba a la torta, suspenden las elecciones sindicales de la
federación por el temor de ser expulsado por los trabajadores petroleros, que
están cansados de tanto atropello, al peor estilo de los que la “nueva clase
obrera socialista “criticaba de la cuarta.