viernes, 9 de septiembre de 2016

Sordos, ciegos, y por desgracia, no mudos

Imaginar a Nicolás asistiendo a un estadio de futbol o béisbol para disfrutar un juego de nuestra vino tinto o de un Caracas Magallanes, todos intuimos lo que podría pasar, el abucheo sería gigantesco y la chifla interminable, o que el presidente se haga el beato y acuda a cualquier santuario, como por ejemplo asistir a la celebración de la Divina Pastora, o en la actualidad tratar de aparecerse en  la celebración de la Virgen del Valle, no lo quiero ni pensar, sería un evento  lleno de hostilidades de parte de grandes sectores de la población para expresar el gran rechazo que sienten hacia su gobernante.
También sabemos que estos acontecimientos religiosos son muy concurridos por sectores de oposición, ni el mismo Chávez se le ocurrió hacer apariciones en esos sitios, pero si caminaba los barrios y sectores populares en donde se sentía cómodo, ya que se encontraba entre el mayor número de sus seguidores. Bueno pareciera que al presidente actual le es imposible presentarse en cualquier barrio del país y mucho menos en un evento que reúna una porción de población medianamente critica, sino pregunten a los habitantes de Villa Rosa.
La situación del país se agrava “a paso de vencedores”, como lo diría el difunto, y esto por no querer escuchar el clamor popular, sí popular, el de los sectores más desfavorecidos, los que ahora demuestran todo su descontento de mil maneras frente al fracaso gubernamental.
La sordera y la ceguera de quienes dirigen el destino del país, si es que a esto se le puede llamar “dirigir”, es descomunal, la tozudez con la que actúan no tiene parangón en nuestra historia, negarse a entender la necesidad de frenar la violencia y lograr acuerdos que le permitan llevar su agonía de la mejor manera los está empujando a caminos inciertos, que lamentablemente también arrastra al resto de la población, no solo se hunde el chavismo con Nicolás, sino también se hunde el país, y lo único que se les ocurre para detener esto es incitar a una mayor confrontación, llamando a movilizaciones que cada día son más escuálidas; que iba a pensar el comandante fallecido que su invento gramatical para descalificar a un sector del país se les voltearía, convirtiéndose ellos en los escuálidos de ahora. A los únicos grupos que logran movilizar son a los violentos, bandas de delincuentes tarifados para tratar de generar terror por medio del amedrentamiento.
Pretenden mediante esta práctica, nada democrática, someter ahora a los sectores populares a un régimen represivo para impedir que protesten, lo que no han querido oír ni ver es que estos sectores cada día se manifiestan con mayor fortaleza y dignidad, expulsando a los violentos y hasta los propios cuerpos de seguridad del estado de sus manifestaciones, todas ellas más que legítimas, pero estos “Shakiras y Shakiros” que nos gobiernan siguen sordos y ciegos, pero por desgracia  no mudos, manejan en sintonía todos el mismo discurso, que ya suena a disco rayado, cadenas tras cadenas interminables y vacías de contenido, el bla bla bla de los sordos y ciegos cada día les dice menos a esa parte de un pueblo que creyeron en un proyecto que enarboló la lucha contra  la corrupción, y que ofreció superar los altos índices de miseria y pobreza que destruían el tejido social, lamentablemente luego de casi 18 años no hay nada que rescatar de lo que hemos vivido, la destrucción y el daño estructural que se le ha hecho a nuestra sociedad es incalculable.

Urge un acuerdo de unidad nacional, que hable menos pero que escuche y vea más para que conjuntamente con todos los sectores sociales se emprenda un plan nacional de reconstrucción que sea compartido por todos, y que no sea mudo pero sí que hable solo lo necesario.




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