Es probable de
que muchos de los que escriben en las redes sociales, especialmente en twitter,
muy pocas veces hayan caminado por el centro de la ciudad, y mucho menos saben
dónde queda la plaza de Catia o la redoma de Petare, más allá de referencias espaciales,
este oeste. Muchos de ellos se han convertido en una caja de resonancia,
repitiendo como loros, y algunas guacamayas, frases hechas. Eso es lo más cómodo y lleva el menor esfuerzo posible,
como es el pensar y razonar, repetir consignas vacías de contenido es lo
más fácil, entre ellas las consignas más sonadas y repetidas hasta el cansancio
de los “abstencionologos” son: “dictadura no sale con votos”, la otra más
promocionada, “los votos ya están en las maquinitas”, y cierran con la gran frase,
“Maduro no entregará el poder”.

Me imagino
que al observar todo esto, los asesores políticos que paga el gobierno, se
frotan las manos y se dicen para sí, “este es el dinerito más fácil que me he
ganado en mi historia”, todo lo que hacen es repetir los mismos argumentos de
los opositores que se catalogan de “puros”, el resto, que enfrentamos esa
estrategia fracasada somos “colaboracionistas, ingenuos, vendidos”, y pare de
contar.

También hay
cuentos para cuando se obtiene algún triunfo electoral, inmediatamente te
lanzan como ejemplo lo ocurrido con la AN, te dicen que para que sirve ganar si
el gobierno después te inhabilita, que te crean organismos paralelos, que te
quitan las competencias, pero esos mismos argumentos demuestran que se puede
ganar, reconocen implícitamente que si es posible derrotar al gobierno, como
sucedió en el Táchira que casi se triplica en votos al candidato gobiernero. Una
de las gobernaciones más importantes del país por su estratégica posición fronteriza, ni siquiera se preguntan si el gobierno pudiese manipular los votos ¿Hubiese entregado esta gobernación?,
pregunten a los tachirenses si no prefieren a Leidy Gómez en la gobernación que
a algún otro. Ya saldrá alguno a decir que sí, que el gobierno nos deja ganar
algunas veces para justificarse y no sea tan evidente el fraude; de todo hay
para leer en twitter.

Votar es
evitar la rendición de un pueblo que no merece recorrer esta ruta que nos llevará
a más años de retroceso social y político.
Votar no es
legitimar al régimen, es seguir en la lucha política con una estrategia clara,
es movilizar y protestar a la vez, abandonar la ruta electoral es rendirse y
esperar que el silbón o la sayona nos libren de esta tragedia, o prefieren
seguir esperando por la loca Luz Caraballo.