sábado, 28 de noviembre de 2020
domingo, 22 de noviembre de 2020
Por qué voy a votar
Porque estoy convencido que nuestro porvenir será mucho mejor, porque no creo en un hombre o en una mujer, sino en el trabajo de equipo, porque sueño con un país mejor y posible, porque al igual que en tiempos pasados nuestro pueblo clama por una salida, pero una salida que los incluya, que les consulte, que les dé las herramientas necesarias para superar sus penurias, porque he visto países en peores condiciones que el nuestro y han podido en corto tiempo superar su crisis y resolver sus diferencias por intermedio del voto, porque entendiendo que el trabajo productivo es la única herramienta que nos podrá sacar de la pobreza, porque creo en los campesinos, en los empresarios honestos, en los trabajadores, porque soy un venezolano que sueña con un país mejor y estoy dispuesto a colaborar para su construcción, porque en más fácil destruir que construir, y me anoto en los que quieren construir, porque de destrucción ya hemos tenido demasiado, porque creo que lo más difícil, pero no imposible, es ponernos de acuerdo en un camino compartido para el desarrollo y el progreso, un desarrollo humanista y ecológico que logre mejorar las condiciones de vida de todos los venezolanos sin exclusión ni privilegios, porque no creo en diferencias ideológicas, ni de clase, ni de raza, ni de preferencias sexuales, porque estoy seguro que la gran mayoría de los venezolanos están del lado de los que quieren un cambio en paz y democracia, y para llegar allí hay que votar y demostrar que somos una mayoría que quiere un cambio.
Porque creo en la unidad como concepto y no como un eslogan de campaña, y mucho menos como chantaje, porque no hay razón alguna de que nuestros niños deambulen por las calles sin rumbo, para que nuestros viejitos no sigan pasando penurias y logren vivir bajo el confort los últimos años de su vida, porque esta elección nos da la posibilidad de generar un discurso de esperanza y sosiego, porque ya basta de exacerbar lo malo, porque debemos fijar nuestra vista en la gran cantidad de venezolanos que día a día dan todo lo mejor de sí para construir un país mejor, es allí donde debemos poner todo nuestro esfuerzo, y es con ellos que cuenta nuestro país para impulsar los cambios necesarios, y estos cambios se logran es participando, para reconstruir las instituciones, y lo primero que debemos reconstruir es la convivencia, y para ello la ruta democrática es el voto.
domingo, 27 de septiembre de 2020
Allí vamos otra vez
La indignación, la rabia, la incertidumbre de no
saber si esta tragedia tendrá final nos empuja a la irracionalidad, nos aleja
del sentido común, de la objetividad, es comprensible, somos seres humanos que
la mayoría del tiempo nos movemos por sentimientos, la rabia, que es uno de
ellos, casi siempre termina siendo un combustible peligroso. Al no
encontrar respuestas de quienes están llamados a darlas, nos embarga la ira y
nos preguntamos ¿Cómo llegamos a esto?, y acto seguido buscamos a los
culpables, alguien debe responder por esta situación, que nos deja abandonados
a la suerte de Dios.
El sociólogo español Manuel Castells se ha dedicado a estudiar el porqué de los
movimientos sociales que se vuelcan a las protestas en su mayoría terminan en violencia, nos dice
que en parte estos movimientos se mueven por la rabia, el desencanto, y por ende consideran que la
clase política solo se ocupa de sus propios intereses, que se ha encerrado en sí
misma, que solo se hablan entre ellos, que no se ocupan por los intereses de
los ciudadanos, pero lo lamentable es
que estos estallidos sociales no resuelven los problemas, muy por el contrario
los agravan, ya que no cuentan con un liderazgo responsable que los canalice
para lograr sus objetivos.
Negar la gran responsabilidad de aquellos que
con ideales y consignas pretender llenar los estómagos de un 80% de la
población que se encuentra en la pobreza, simplemente es un sin razón, igual
que numerar las terribles penurias que pasan a diario millones de venezolanos
para medio vivir, es también perder el tiempo.
La rabia nos ciega, la rabia nos mueve, la rabia
desahoga, pero al pasar la rabia, que en algún momento sucede, nos damos cuenta
de que nada conseguimos, que nuestra rabia solo sirvió para traernos mayores desgracias,
y frente a la rabia ¿qué? nos preguntamos, la respuesta más honesta sería canalizarla para lograr alianzas
que nos permitan construir mayorías orgánicas que se puedan expresar de forma concreta,
con objetivos claros, y sobre todo con un rumbo cierto que nos marque un camino
y un destino.
Muchos desde la comodidad incitan
y celebran nuestra tragedia, gritan a distancia “el pueblo despertó”,
llaman a descargar la rabia, se frotan las manos y dicen “falta poco, ahora sí”
montan en sus redes videos y fotos de un pueblo siendo atropellado nuevamente
por los que dominan con el poder de las armas, y llaman al “mundo” para que
vean que tienen razón, que es necesario una fuerza multinacional que acabe con
el “régimen genocida”, disfrutan desde Madrid, Bogotá, Miami o Nueva York
viendo por las redes el posible desenlace final, tienen a su jauría trabajando
para promover la violencia, y si esta no es tal, no importa la inventan, que les
importa utilizar fotos trucadas o videos que no se corresponden a las legítimas
protestas, o pedir más sanciones, el objetivo es el mismo, aumentar el sufrimiento
de la población (William Brownfield dixit) y por ende la rabia para que un
pueblo noble sea el que cargue con las consecuencias, que no son más que
mayores sufrimientos, “hay que seguir hasta que el dictador caiga”, es lo que
dicen en los lujosos restaurantes donde se reúnen.
El gobierno por su lado sigue como la canción,
ciego sordo y mudo, bueno no tan mudo, sigue el mismo guion, es cansón escuchar
la misma retahíla de excusas, no reconocen su incapacidad y su ceguera ideológica,
no son capaces de dar un vuelco y romper con el dogmatismo que los mantiene
atados al siglo pasado, el mundo cambió y parece no darse cuenta. La geopolítica
mundial se viene moviendo, los países en medio de su propia tragedia vienen
desviando sus miradas más a lo interno, a sus propios intereses, países que
hace poco se reunían y espetaban resoluciones en contra del gobierno, ahora se
hacen los desentendidos, hemos sido el comodín de toda campaña electoral, el
ejemplo de lo que no debe ser, hasta los EUN nos usa como el ogro del continente,
y ni hablar de la comunidad europea, solo somos un tema de debate
parlamentario, nada más, y mientras tanto entre sanciones y políticas atrasadas
nuestro pueblo es el que da la cara y sufre las consecuencias, pero a la vez
asume con fortaleza el seguir hacia adelante, no importa el cómo pero sale
adelante, mientras otros pretenden destruir lo poco que queda hay millones que
construyen, que se echan la rabia al hombro y siguen, saben que lo único que
los puede liberar es el esfuerzo compartido, y el trabajo, esos son la mayoría,
esa mayoría silente que espera una oportunidad para castigar a los
responsables, saben que su momento llegará.
Silvio Rodríguez, en Días y Flores, le da
justificación a la rabia, esa rabia colectiva que nace del atropello y de los vejámenes,
pero como también nos dice la canción, “La rabia ¡coño!, paciencia, paciencia”.
Aquí se las dejo:
https://www.youtube.com/watch?v=gDPCOjRVP_o
Ex embajador de EE.UU. propone controversial
salida a crisis de Venezuela, el bloqueo como salida
https://www.youtube.com/watch?v=YX127WVcW0o&feature=emb_logo
domingo, 20 de septiembre de 2020
El Negacionismo
Un nuevo movimiento negacionista se extiende por Europa, protestas en Berlín, París y Londres son ejemplos de un movimiento que plantea que la pandemia es todo un teatro que pretende controlar la libre existencia y el desenvolvimiento del ser humano, utilizada la pandemia por los gobiernos para poner restricciones que violan la libertad individual, algo así como la nueva versión de la teoría de Michel Foucault en su obra Vigilar y Castigar, o la nueva versión del Big Brother de la novela de George Orwell.
Se han dado grandes movilizaciones en Europa de ciudadanos en protesta por las medidas que son tomadas por parte de los Estados para combatir la propagación del virus, se niegan a portar algo tan simple como un tapa boca, han convertido el rechazo a estas medidas en todo un movimiento de resistencia, la Policía de Berlín ha disuelto marchas en la ciudad, formada por alrededor de 30.000 personas que incumplían las medidas de seguridad, los parisinos critican el uso obligatorio de mascarillas que, consideran, induce "miedo" y "terror" entre la población, en Londres, cientos de manifestantes se reunieron bajo consignas como “No hay vacunas obligatorias”, “Los medios son el virus”.
Pero pareciere que este movimiento ya empieza a propagarse en otras partes del mundo, en nuestro continente las medidas son combatidas por seguidores de mandatarios como Bolsonaro, que abiertamente ha dicho que ese virus es una simple “gripezinha”, ni hablar del gran hermano del norte, en donde su presidente desde un principio dijo que lo de la pandemia no era tan grave, miles de norteamericanos se negaron abiertamente a cumplir con las medidas sanitarias que estableció la OMS, dándose enfrentamientos con los cuerpos de seguridad al desafiar las medidas impuestas por algunos gobernadores y alcaldes, el propio Donald Trump los desautorizo, bueno allí están los resultados, EUA es el primer país en contagios en el mundo, y luego lo sigue Brasil, países dirigidos por dos presidentes muy parecidos.
Los movimientos negacionistas no se suscriben solo al hecho de la negación de la pandemia, ha habido movimientos negacionistas en otros momentos históricos de la humanidad, que aún persisten. Si entendemos el negacionismo como lo define al autor Paul O'Shea, siendo este “el rechazo a aceptar una realidad empíricamente verificable”, entendemos entonces el negacionismo como un comportamiento humano, exhibido por individuos que eligen negar la realidad para evadir una verdad incómoda.
Son movimientos que han negado desde la
evolución histórica del hombre, pasando por la negación al cambio climático,
hasta llegar a negar el holocausto. Verdades que son verificables empíricamente,
pero solo el hecho de no creer en ellas, los negacionistas se sienten con el
derecho de negar esa realidad.
Hay otros autores que definen el negacionismo, como
"una posición ideológica a través de la cual el sujeto reacciona
sistemáticamente contra la realidad y la verdad”. En Venezuela ha nacido un
movimiento negacionista, pasaremos a los libros de texto como los iniciadores
de este movimiento que pretende negar una realidad empírica, el voto como
herramienta de lucha democrática para cambiar gobiernos.
Se ha creado todo un discurso negacionista alrededor del voto que ha eliminado de facto su efectividad, y esto a pesar de toda la evidencia empírica e histórica que nos garantiza su efectividad en los diferentes escenarios donde se han dado grandes cambios sociales, numerar estos cambios es un ejercicio inocuo frente a este movimiento negacionista, el que ya está convencido de que votar no es la solución.
Lo lamentable de este hecho es que no es un
movimiento minoritario, como los negacionistas en otros temas, como el de la
pandemia, sino que se ha convertido en un movimiento que tiene muchos
seguidores, convirtiéndose en una verdadera tragedia.
Derrotar este movimiento negacionista nos
llevará años, y mientras tanto otra realidad nos devorará, el seguir en manos
de uno de los peores gobiernos de nuestra historia, y en parte se lo deberemos
a estos nuevos adoradores del negacionismo electoral.
sábado, 19 de septiembre de 2020
domingo, 23 de agosto de 2020
Unidad ¿para qué, y con quién?
jueves, 16 de julio de 2020
martes, 30 de junio de 2020
Para qué se milita en un partido político
jueves, 21 de mayo de 2020
Para ponernos en contexto
La otra vía, y la más beneficiosa, es que las partes en conflicto entren en razón y el sentido común truinfe y se dé una negociación que ponga por delante los intereses de todos los venezolanos.
jueves, 23 de enero de 2020
Una historia de nunca acabar
Venezuela esta hundida en una confrontación política que pareciera no tener fin, desde los años ochenta algunos sectores del país decidier...
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Querido niño, aunque me han dicho que no existes, que son mis padres quienes traen los regalos, yo me niego a creerles, estoy seguro que e...
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Este refrán le va muy bien al gobierno, y es que la cara de Maduro en la Asamblea Nacional al presentar la solicitud de la Ley Habilitant...
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