Las organizaciones políticas forman parte del sistema
político, en los estados que lo permiten puede haber pluralidad de partidos, en
otros podemos encontrar sistemas políticos de partido único, o de muy poca
pluralidad por restricciones del propio sistema político gobernante. Hay casos
emblemáticos de países con partidos únicos o hegemónicos como lo son China,
Corea del Norte y Cuba, partiendo desde estos países se da en el resto del
mundo una variedad de sistemas de partidos con mayor o menor pluralidad.
En nuestro país se han venido desarrollando a lo largo de
nuestra historia una gran cantidad de organizaciones políticas, algunas han
perdurado a lo largo de los años, otras han desaparecido, pero también se han
conformado nuevas organizaciones, algunas derivadas de las originarias, todas
con fines e ideologías definidas, sobre todo las primeras que se conformaron
tanto en las dictaduras como en las democracias. Los objetivos de las
organizaciones políticas son muchos, pero
el de mayor peso es la búsqueda del poder político actuando democráticamente
para ocupar espacios de poder, tanto regional como nacional.
Los partidos políticos son instituciones que se dan sus
propias normas de funcionamiento y reglas internas para la toma de decisiones,
la mayoría de partidos funcionan al igual que las instituciones militares con
líneas de mando claras y definidas, en algunos con mayor grado dedautoritarismo que en
otros, mucho se debate sobre la necesidad de llevar a los partidos mayor
democracia interna, pero esto siempre ha tenido una contraparte, ya que son
instituciones de afiliación voluntaria, puedes o no aceptar su normas internas,
si no las compartes, tienes dos opciones, trabajas para cambiarlas desde
adentro o te vas. Lo mismo sucede con compartir o no su ideología, si usted
es de izquierda o de derecha, se afiliará a un partido que promueva su
ideología, de lo contrario usted no militará en ese partido, es propio del
sentido común.
Ahora, ¿de qué depende la fortaleza de un partido político?,
en gran parte de su militancia, de sus bases sociales, de su conexión con las
mayorías que deciden en las elecciones a quién se le otorgan esos cargos de
representación popular, en todos los niveles. Políticos que han dejado huella en
nuestra historia ocuparon diferentes cargos de representación popular, en 1944
Betancourt es electo Concejal por la Parroquia San Agustín de Caracas, Teodoro Petkoff
varias veces diputado, y así como ellos muchos dirigentes políticos que se
formaron en la lucha comunal pudieron acceder a cargos de elección popular,
para desde allí, con la autoridad que le asignaba el cargo, seguir con sus
luchas.
En la actualidad ciegamente algunas organizaciones políticas
han dejado de lado la lucha por avanzar en la conquista de estos espacios de
poder, dejando a una militancia partidista sin sus escenarios naturales de
lucha, impidiendo su desarrollo político, ya que al no poder ejercer la
política partidista desde estos espacios, terminan debilitando abiertamente a las
organizaciones democráticas. Lo mismo ha sucedido en gremio y sindicatos, que
se han vistos impedidos de realizar sus elecciones para la escogencia de sus
representantes, las que obtienen su legitimidad gracias al voto de sus
afiliados.
Esta situación de abandono de los espacios naturales para la
lucha política ha llevado a la casi desaparición de las diferentes
organizaciones de base, entre ellas a los partidos, los que se han venido
vaciando de dirigentes y militantes que no ven futuro en sus aspiraciones
legítimas como políticos.
Así se perdieron casi las 2400 concejalías en todo el país,
todos los consejos legislativos, elecciones realizadas en el 2018,
sin nombrar el abandono de las gobernaciones y alcaldías, espacios de poder que
también habilitan a su militancia para seguir participando en la política
práctica, todos ellos espacios para el debate y la lucha política democrática, espacios
que sí tomó el partido de gobierno, al
igual que los consejos comunales y todas las instancias de participación
popular, para desde allí seguir
imponiendo el control y su hegemonía política.
Todo esto se entregó a cambio de una supuesta salida de
fuerza, un mantra inoficioso, ilusiones y narrativas estilo Hollywood, contribuyendo a la destrucción
institucional de los partidos políticos y de su dirigencia media y de base,
costara años retomar lo perdido, volver a levantar organizaciones políticas con
contenido programático e ideológico, llenas de entusiastas militantes, en
donde se practique una verdadera democracia interna, y no sigan algunos pseudo
líderes imponiendo su visión autoritaria, y peor aún, recibiendo lineamientos
de potencias extranjeras para su devenir político, una llamada del departamento
de estado de los EEUU puede más que mil palabras, de los militantes de base.