Este domingo 26/05 los electores de los municipios San Cristóbal y San Diego
reafirmaron el camino democrático.
Frente al abuso de poder expresado en la
destitución de sus alcaldes electos y la violencia de las guarimbas, los que
acudieron a votar enviaron de manera firme un mensaje claro y contundente, ni
unos ni otros, de manera clara le reafirmaron a aquellos que llevan años
tratando de llevarnos a un sistema “socialista”, para algunos el modelo
fracasado cubano, que no están de acuerdo con ese modelo, y del otro lado, un
rechazo firme a un sector minoritario de oposición que pretende empujar al país
hacia la violencia política, expresada en actos muy parecidos a los vividos en
la hermana república de Colombia, violencia que estos venezolanos que el día
domingo salieron a votar, vivieron en carne propia; la muerte y el desasosiego los
tocó muy de cerca.
Dos extremos que empujan hacia la desestabilización, por
un lado los problemas sociales que son reflejo de un gobierno fallido, que no ha
logrado vencer los altos índices de pobreza que nos han acompañado por más de cincuenta
años, y del otro lado la violencia política, que para algunos es la solución
para desalojar del poder a quienes nos desgobiernan, quedaron aislados. La
claridad y la contundencia de la participación del día de las votaciones, no
deja nada que inferir, el llamado es la vía democrática para lograr los cambios
que tanto se han anhelado por los sectores mayoritarios de la población,
cambios que para algunos se vieron representados en el discurso del presidente
que salió de sabaneta y logró encarnar el descontento social, que por años se
vino acumulando al margen de aquellos que gobernaban para una elite política y
económica, pero en la actualidad no ven que el heredero de sabaneta sea capaz
de lograr los cambios necesarios para disminuir los niveles de las
desigualdades sociales.
Pero tampoco ven del lado del sector opositor un
discurso basado en un proyecto incluyente que los acerque y los sume a la
transformación esperada, la exigencia de unidad y paz se hace sentir en la
opinión pública, y eso se expresa en la actitud democrática de la gran mayoría
de los venezolanos, que de forma estoica acuden a sufragar cada vez que son
convocados, a pesar de que algunos hacen todo lo posible para que esto no sea
así. La antipolítica que tuvo su mayor expresión en el apoyo del golpismo
militarista en los años noventa, sigue, ahora con nuevos actores jugando al
caos y a la desestabilización política y económica, confiando que esto les dará
la oportunidad de asaltar el poder.
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