El tema de la violencia tiene muchas aristas,
pero una de ellas es el irrespeto a las normas, un país que no es capaz de
hacer cumplir las leyes más básicas se encuentra al borde de la anarquía, y no
es militarizando nuestros barrios que vamos a soluciona el tema de la
violencia. En los actuales momentos se escuchan voces del oficialismo hablando
de “tolerancia cero” de “militarizar nuestras barriadas”, esto podría considerarse,
pero se debería comenzar por hacer cumplir lo básico, como es el respeto a las leyes
de tránsito, el ordenamiento de la ciudad, el caos vehicular, ya que los
niveles de anarquía en que se encuentran nuestras ciudades favorece y propicia
el delito, el tema tan trillado de los motorizados, los que hacen simplemente
los que les da la gana, que por cierto las motos son los vehículos más usados
para cometer homicidios y sicariato.
Paralelo a
esto hay que ir revisando el sistema judicial, es inexplicable que un individuo
tenga prontuarios de película de Hollywood,
cuando son arrestados aparecen con más 10 homicidios, atracos, secuestros, es
allí donde hay que buscar en primer lugar el juez que lo dejó en libertad y al
funcionario del ministerio público que se hizo el loco, ya que no puede haber
otra forma de que éste individuo se encuentre en la calle sin la complicidad de
éstos entes, de lo contrario lo dicho por la propia Fiscal de la República no cambiará,
la impunidad seguirá en más del 90 por ciento, lo que promueve delinquir, esto debido
a que el Estado no es capaz de sancionar.
Según el último informe del Observatorio
Venezolano de Violencia, el índice de homicidios en Venezuela sigue subiendo
de manera imparable, nos coloca como el país de América del Sur con la mayor
tasa de homicidios, contabilizando 27.875 fallecidos en hechos violentos para 2015,
con un índice de homicidios de 90 por cada 100.000 habitantes. Brasil con una
taza de 26 homicidios por cada 100.000 habitantes, una cuarta parte en
comparación con nuestro país nos puede servir de ejemplo, y esto lo digo porque Brasil tiene
problemas tan parecidos a los nuestros de pobreza y miseria, los que se reflejan en
sus grandes favelas, pero al contrario de nuestros gobernantes, ellos si
entendieron a tiempo que este flagelo debía ser combatido con toda la autoridad
del Estado, y por cierto no fue en los gobiernos dictatoriales o neoliberales
brasileños que se asumieron medidas drásticas para luchar contra la violencia y
lograr desarmar a la población, fue en los gobiernos de Lula que se decidió, y
se comenzó con los grandes operativos de desarme en los sectores populares,
medida que fue implementada con la colaboración de ejército. Igualmente se
enfrentó el problema de las cárceles y el tráfico de drogas; fueron creados
cuerpos de seguridad y jurisdicciones con competencias especiales para
desarrollar estas tareas, ya que era imposible hacerlo con los cuerpos
policiales que para la época estaban contaminados y penetrados por el hampa
organizada.
Fue un problema que se atendió y se sigue
atendiendo con voluntad política, que creo es lo que le falta a nuestro
gobierno. Será que la incapacidad está llegando a tales niveles que el gobierno
se ha rendido ante este tema que pone en riesgo la soberanía del país, ¡si la
soberanía! porque la guerra que tanto pregonan no viene de alguna potencia
extranjera, la invasión se está desarrollando en los actuales momentos en
nuestras ciudades, donde se vive en un estado de sitio permanente; ya no sólo en
los sectores populares manda el hampa, los que asumen la custodia de
territorios que son controlados por bandas armadas hasta los dientes, este fenómeno
ha llegado a nuestras ciudades, en pleno centro no es de extrañar hechos
violentos a toda hora. Y algo más grave que nos señala el grado de
descomposición social a la que hemos llegado, los linchamientos en nuestras
barriadas, actos inhumanos que se alimentan de la impunidad, la población no
consigue otra forma que tomar la justicia en sus manos. A todo esto se le
agrega que nuestros cuerpos de seguridad en su mayoría están en minusvalía
frente al poder de fuego del hampa, o penetrados por la delincuencia.
¡Sí
tolerancia cero! pero desde abajo, desde sus cimientos, para luego poder
atacar el mal mayor, que no es otro que el desarme de las megabandas que le han
declarado la guerra al Estado, y creo que esta guerra se está perdiendo y de
calle, bandas armadas que a diario demuestran que no hay quién los detenga.
El problema no se resuelve con Militarización de nada Nuestro país es anribelico sólo necesita Cultura la cual debe ser impartida desde las Altas Eferas sea del Gobierno,Cómo del centro de la Familia con Padres que den valores a sus hijos e impartir desde ambos el cumplimiento que se le debe al país enmarcado en el pacto social suscrito en Nuestra Carta Magna el cual es de obligatorio cumplimiento para todos los que habitamos en nuestra querida Venezuela y por ende el respeto a todo el ordemiento jurídico que de ella se desprende CON UNA POLICÍA HONESTA CON AUTORIDAD MORAL ES SUFICIENTE PARA PONER A RALLA EL DELITO SIN MENOSCABO DE LOS DRECHOS HUMANO DE NADIE. AHORITA HAY UNA LUCHA DE DIENTE POR DIENTE Y ESO NO ES LO CONVENIENTE PORQUE TODOS SON SERES HUMANO.
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