A los compatriotas del estado Amazonas se les cumplió
el sueño de los zulianos, lograr la secesión de la República Bolivariana de
Venezuela. Este es un hecho jamás registrado en historia alguna de país democrático,
en donde la máxima autoridad judicial del país (entiéndase TSJ), despache de forma ejecutiva la
representación política de un estado, esto con el mayor desparpajo, dejando a los habitantes del estado Amazonas sin
diputados que los representen en el parlamento nacional, y esto, en un régimen
político ¡representativo y protagónico!
Los independentistas catalanes tienen más de
un siglo luchando para separarse del Reino de España, al igual que los
escoceses que luchan por lograr la secesión del Reino Unido y su conversión en un
estado independiente, al contrario de nuestro país estos movimientos se han
encontrado con todo un Estado unificado que ha impedido que esta aspiración,
legítima o no, se cumpla; pero muy por el contrario mis hermanos indígenas del
Amazonas lo han logrado sin ningún esfuerzo, ¡ni una manifestación de calle!,
sólo bastó que votaran en contra del oficialismo.
Por todos es sabido que el gobernador Guarulla
gobierna el estado Amazonas desde el año 2001, el dirigente político electo que
se ha mantenido por más tiempo en su cargo, esto gracias al antojo del
presidente fallecido de impulsar la reelección continua, lo que ha logrado
crear una distorsión en el sistema político venezolano, al impedir la
alternancia en el poder, lo que considero esencial y consustancial a la
democracia.
El amigo Guarulla es un indígena venezolano de
la etnia baniva, un verdadero representante de la resistencia indígena (como
les ha dado por llamar ahora el proceso de conquista que sufrió nuestro
continente). Un pueblo que ciertamente ha resistido todos los atropellos
generados por un gobierno que no ha respetado la descentralización, y muy por
el contrario ha hecho todo lo posible por eliminar toda competencia a los
estados, con el afán de controlar absolutamente todo, y en mayor medida si el
gobernador no pertenece a las filas de eso que llaman el socialismo del siglo
XXI, que no ha resultado otra cosa que la mejor representación de las
montoneras del siglo XIX, promoviendo la creación de feudos regionales o
aprendices de caudillos, con todo lo que esto ha significado en contribuir en
la destrucción de la civilidad de nuestro país.
El liderazgo político que mantiene sobre el estado Amazonas y su población el gobernador Guarulla, todo un cacique podríamos decir, es
indiscutible, pero ahora con la ayuda del Tribunal Supremo de Justicia tiene
las herramientas necesarias y todos los argumentos válidos para que el insigne
gobernador declare al estado Amazonas como territorio libre de la opresión que
desde Miraflores se ha ejercido sobre su territorio; ha llegado el momento de
fundar el “Reino de Guarullacipan” y declarar la independencia de tan noble
territorio.