lunes, 25 de julio de 2016

Se desatan los guerreros del Twitter

Solo basta con caminar en la ciudad para que podamos sentir una extraña calma, la que solo es perturbada  por los enfrentamientos que se dan por el mantenimiento del orden en las colas que se forman alrededor de los locales comerciales que venden los alimentos regulados, llegándose a casos de manifestaciones y trancas de vías por el reclamo de los alimentos que no llegan, del resto podemos decir que el país sigue su curso “normal”.
Del otro lado nos encontramos en el medio de un sector mayoritario del país que pide, silenciosamente, la normalización de la vida ciudadana, entendiendo esta como la posibilidad de ejercer la ciudadanía en sana paz, que no sea toda una angustia el solo hecho de montarse en el transporte público para salir a trabajar, que el mandar a los hijos al colegio no nos genere altos niveles de ansiedad, el poder acudir a los locales de venta de alimentos sin que esto se convierta en una lucha existencial, que no sintamos nostalgia por los hijos que se van en busca de una vida mejor en otras tierras, que la inseguridad no sea un tema diario de conversación y que los noticieros no sean partes de guerra; pareciera que esto es mucho pedir para lograr la paz que tanto se añora.
En la actualidad somos testigos de que algunos sectores del alto gobierno y de los diferentes grupos de oposición comienzan a escuchar el reclamo silente que la gran mayoría de la sociedad pide, los que claman por la posibilidad de vivir en paz, esto se evidencia en las acciones que se adelantan hacia la posibilidad de encuentros para el diálogo, tan necesario en los actuales momentos. 
Frente la actitud responsable de algunos dirigentes de oposición en la búsqueda del diálogo vemos que los guerreros de las redes sociales se desatan, todo aquel que apoya o impulsa el diálogo es defenestrado por un sector que se cree puro y dueño de la verdad absoluta, muchos de ellos viviendo de lo mejor fuera de nuestras fronteras, son los mismos que tienen más de 15 años llamando a la guerra, pero no vienen a encabezarla, disfrutan campaneando sus vasos al ver el deterioro acelerado de la economía en el país, creyendo con ello que se acerca el fin y claman en medio de una epopeya redentora la gran batalla final. Son los mismos que denigran de los militares, pero esperan de ellos a un salvador, a un nuevo mesías que por intermedio de un golpe deponga  los que hoy se encuentran en Miraflores, pero eso sí, que los llame y los sienten a su diestra para gobernar.
A éstos que creen en la venganza, el pase de facturas, la persecución y la eliminación del contrario, y que además se hacen llamar demócratas, hay que recordarles que ningún país ha superado sus crisis sin el encuentro y el entendimiento de las partes en pugna, que en el medio de las peores guerras la salida siempre ha contado con episodios de diálogos, los que llevan anexos acuerdos para respetar al vencido, garantizando el futuro de aquellos que son derrotados, sin el temor de la persecución.

No puede haber acuerdo sin respeto a la integridad de los participantes, a la garantía de que no habrá retaliación política de ningún tipo. Aquellos que gritan por venganza hay que recordarles que para ello están las leyes y los jueces, que el pase de factura no tiene nada que ver con la justicia, y que lograr un estado de Justicia y de Derecho pasa por el mismo diálogo, y debe estar incluido en los acuerdos que se logren en la mesa de negociación. 
En el diálogo debe estar presente el rescate de las instituciones básicas de la democracia, lo que debe ser prioridad, pero sin olvidar las angustias y los sentires de numerosos venezolanos que hoy se encuentran en penuria, vencer esto y superar los altos índices de pobreza, también deben ser prioridad en la mesa de negociación, para de esta forma poder silenciar a los guerreros del twitter.



1 comentario:

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